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Divorcio político

Avatar del Fernando Cazón

Como para repetir, pues, la vieja frase electorera que dice: “izquierda y derecha unidas, jamás serán vencidas”

“Desde que estas cosas veo, ni en la paz de los sepulcros creo”, dice una vieja expresión que bien puede tomarse, sin ponernos muy gramaticales, como aforismo, pues nos enfrentamos a sucesos extraños y paradójicos de la nación y el mundo. Y bien, pues, hay que “ver para creer” lo ocurrido en la Asamblea en sus primeras sesiones del nuevo período que durará cuatro años .

Lo más extraño, en realidad, fue la ruptura de una coalición o matrimonio político que se suponía estaba fuertemente estructurado entre CREO y el PSC. A todo el mundo, supongo, le resultó inaudito que en el momento en que se debía probar la unidad que le otorgaría fuerza y confianza al gobierno entrante que presidirá Guillermo Lasso se haya producido la nunca esperada ruptura entre los dos socios, creando un no superado vacío político.

Asimismo, antes había sorprendido que los seguidores de Jaime Nebot, indiscutible líder de los socialcristianos, hayan preferido aliarse a la bancada correístas de UNES, contra los que incluso algunos de la “6” habían hecho comentarios muy adversos y acusatorios. ¿Por qué la gente del partido fundado por Camilo Ponce en los años 50 del siglo pasado para renovar a un arcaico partido conservador, han preferido las desventuras de la oposición a partir del 24 de mayo, habiendo renunciado a las delicias del poder? ¿Cuál es el motivo de esta decisión? ¿Será que la gente de Lasso juzgó necesario deshacerse de un socio que, según ellos, podía haber decidido demasiadas posiciones en el gobierno, aunque hasta el momento solo habían dicho que se iban a contentar con la Gobernación del Guayas?

Finalmente, quien resultó llevándose la victoria fue Pachakutik, que ahora dirige el Legislativo. Se trató de esta manera de una Victoria de Yaku Pérez, quien estuvo a punto de ser finalista presidencial y que ha venido insistiendo en la necesidad de poner en su sitio a los correístas que tanto daño le hicieron al indigenado y que, aunque se presenten como fuerza de izquierda, nos conducirían a una situación como la de Venezuela y Nicaragua con el socialismo del siglo XXI.

Queda así una unión que domina la Asamblea, el CAL y posiblemente las 20 comisiones que van a formarse. Como para repetir, pues, la vieja frase electorera que dice: “izquierda y derecha unidas, jamás serán vencidas”.