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'El secreto de la familia Greco'
'El secreto de la familia Greco'Cortesía

En la serie 'El secreto de la familia Greco', Fernando Colunga brilla

EXPRESIONES vio los episodios de esta miniserie y esta es la reseña

La película argentina Historia de un clan (1985) sirve de base para esta serie que programa Netflix, ya convertida es una de las más exitosas de su programación.

Asentada en hechos ocurridos en Buenos Aires y perpetrados por la familia de Arquímedes Puccio, los guionistas la han trasladado a México, cambiado sus nombres y aumentada la tensión debido a su libreto, elenco, diafanidad en la fotografía, loable edición y perfecta sincronización de las acciones paralelas. Esto se magnifica con la actuación de Fernando Colunga, el otrora exitoso galán de las telenovelas mexicanas. Ahora es un actor de carácter y gracias al maquillaje, a sus expresiones corporales, a la malevolencia que imprime a su rol, a la perversidad de sus diálogos y a la calma que proyecta en los momentos de crisis que vive el personaje. Ello lo convierte en toda una revelación.

Lisa Owen, a quien no veía desde El señor de los cielos, está magnífica, especialmente cuando ve la realidad de su vida, a la cual Arquímedes no mostró.

Manuel Masalva tiene un buen papel dramático y su rostro deja ver desasosiego, temores, angustia, rebeldía. Ese sentir que refleja el no querer ser instrumento del crimen, pero sin la personalidad necesaria para evadir lo que su padre lo obliga a realizar, amén de su amor por el dinero y el buen vivir.

Samantha Siqueiros y Roberta Damián trabajan con aguda competencia. La primera es la muchacha confundida, que percibe un mal en su familia y calma los nervios con licor, dibujando o aferrada a su, para muchos, negativa amistad. Roberta Damián en latinizada versión de la famosa ‘Lolita’ y lo hace tan bien que es sinónimo de la inocencia y del pecado, especialmente cuando hace su doble juego con Lozano.

Alejandro de Hoyos no se afinca en su caracterización, sino que toma el camino de la sobreactuación. De la Vega es una mezcla de aciertos y desaciertos. Machín… bien. Rafael Ferro, excelente, especialmente en las secuencias de pasión y dureza.

Pero, sin lugar a dudas, es la trama, su desarrollo, las imágenes de los secuestrados, la maldad prevaleciente y la frialdad con que se muestran los crímenes lo que asombra en esta miniserie de nueve episodios.

Una recomendación: No es apta para menores de 18 años.

EL ARGUMENTO

Los Greco son -en apariencia- una familia de tantas. Sobresale su hijo Andrés (Manuel Masalva), pues se está convirtiendo en una gran estrella del polo y con ese deporte ha reabierto el status social de su familia: la clase alta a la cual pertenecían por el lado materno. Su madre, Marta Ochoa (Lina Owen) pasa las mañanas aprendiendo a jugar tenis y socializando. Su cónyuge, Aquiles Greco (Fernando Colunga), es un capitán de policía retirado que afronta problemas económicos. De Baja California ha vuelto uno de sus hijos, Darío (Alejandro de Hoyos Parera), muchacho generador de problemas.

Junto a ellos están sus hermanas. Sabrina (Samantha Siqueiro), quien tiene apego a la botella y guarda amistad con una novicia que no todos apoyan. Abril Greco (Roberta Damián) es la menor y fanática de los patines, con una peligrosa madurez.

Una tarde de 1982, en su casa localizada en el estado de Jalisco, México, Aquiles llama a sus dos hijos y les informa que debido a su eminente pobreza deberán principiar nueva gestión: a personas millonarias esconderlas en su propio hogar y pedir un voluminoso rescate. La banda será integrada, además, por los mafiosos argentinos Reyes (Luis Machín) y Lozano (Rafael Ferro). Hugo (Antonio de la Vega), familiar de los Greco, es un alto policía distrital. Andrés, según instrucciones de su padre, deberá secuestrar a uno de sus millonarios compañeros del polo. El negociado delincuencial ha comenzado.

  • Calificación: ****