Music Gamble (Maddie Ziegler) es una chiquilla que sufre de autismo en su estado más crítico. Vive con su abuela Millie (Mary Kay Place) quien, llena de paciencia la cuida, la engríe. Luego de su desayuno, Music se dirige siempre a la biblioteca de la ciudad para ver libros sobre perros. Pero un día la abuela muere de un infarto y su hermanastra, Kazu Gamble (Kate Hudson), recibe la noticia con absoluta frialdad.

Va a ver a su hermana pero no siente nada por ella, de manera que resuelve internarla en un sitio que la pueda cuidar pues tiene ataques de furia cuando las cosas no son como a ella le gusta. Kazu es una ficha y está bajo libertad condicional por alcoholismo, vendedora de drogas y anfetaminas. Su proveedor es un sujeto estrafalario. 

En el edificio en que se ve obligada a vivir, por Music, encuentra a George (Héctor Elizondo), tipo exigente pero de gran corazón. También está Ebo (Leslie Odom Jr.), exboxeador convertido en profesor de pugilismo. En el trayecto conoce a una famosa cantante y a una mujer (Juliette Lewis) que tiene el dinero suficiente para adquirir drogas que provee esta díscola hermana. Sus vidas toman giros llenos de incertidumbre, amargura y Kazu tendrá que tomar una decisión.

La australiana Sia, 42 años, es compositora, cantante, empresaria, productora y actriz de voz de las más populares de la generación actual. Ha compuesto canciones para Beyoncé, Christina Aguilera, Britney Spears, Shakira, Rihanna y muchas más. Ahora incursiona en el cine para hablar de sus temas favoritos: vocera y activista de nuestra sociedad y de lo que significa crear una familia.

Como los números musicales brotan inesperadamente, justo es informar que ellos representan los pensamientos de Music, la chiquilla autista cuya vida es rutinaria por su misma condición. Aunque las canciones podrían no alcanzar la popularidad anhelada, vale la pena resaltar la forma en que han sido concebidas para la pantalla: vestuario estrambótico, de fuertes colores y filmadas como si todo fuese parte de una paila en la que se elaboran algodones de azúcar. La coreografía es brillante. De no ser por esas presentaciones, el filme podría ser demasiado lúgubre.

Kate Hudson, despojada de su belleza, interpreta a Zu con una cabeza rapada, mal vestida, golpeada y con un cierto cinismo que la enaltece. Su trabajo es creíble y por ello sabe mostrar las diversas emociones que brotan de su alma. Maddie Ziegler no llega al nivel deseado y su rol se convierte en rostro de una sola expresión. Sube de categoría en los momentos de crisis y sobre todo en la secuencia del hospital en que podría quedarse o su presencia en los bailables (ella es danzarina en la vida real).

Leslie Odom Jr. desempeña su rol a cabalidad pero le falta el fuego interior que todo buen actor lleva dentro de sí. Su personaje debería ser, a momentos, más agresivo. Héctor Elizondo lo hace muy bien porque muestra sus facetas emocionales con absoluta destreza, especialmente cuando enfrenta la realidad de la situación.

La ambientación está muy bien lograda, tanto para los barrios populares como el de las mansiones o boutiques.

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