La falta de una entrada no es impedimento para que una marea de jóvenes puedan disfrutar del concierto del puertorriqueño Bad Bunny en Quito.

Andrea Guzmán, una joven de 20 años del sur de Quito, en conjunto con un grupo de amigos fue parte de esta multitud que se aglomeró en la avenida Naciones Unidas, frente a la entrada del estadio Olímpico Atahualpa. Ella no logró comprar una entrada cuando se pusieron en venta, intentó conseguirla, pero su alto costo con los revendedores le impidieron poder ver de cerca al artista.

“lamentablemente no tengo para pagar lo que piden los revendedores, pero nos quedamos acá así sea escucharlo desde lejos”, comentó la joven.

Un grupo de uniformados de la policía nacional, vallas metálicas y un vehículo antimotines impiden que esta marea de jóvenes logre acercarse al estadio, mientras que por los accesos de las avenidas 6 de diciembre y Eloy Alfaro no se registran aglomeraciones.

“Puertazo, puertazo” empezaron a gritar los jóvenes a pocos minutos de qué empiece el espectáculo. Hasta las 20:45 no se registran incidente, sin embargo las fuerzas del orden empezaron a pedir que retrocedan los aficionados.