Una de las postales icónicas de la década de los 80 es la de un niño montado sobre su bicicleta atravesando la luna con un ser de otro planeta. En efecto, hablamos de E.T, el extraterrestre, que el mes pasado cumplió 40 años de haberse estrenado en las salas de cine de Estados Unidos.

Una de las obras maestras de Steven Spielberg, en la que aparece una adorable niña llamada Drew Barrymore, que pasó a formar parte de la cultura pop del mundo occidental.

La trama giraba en torno a un poco agraciado y pequeño extraterrestre que es abandonado en la Tierra por otros alienígenas que viajan en un ovni.

Al verse solo, asustado y desamparado, no sabe qué hacer, pero como Dios es grande, un niño se encuentra con él y decide esconderlo en su casa. Luego, con la ayuda de sus hermanos intenta hallar la manera de devolverlo a su planeta. Antes tendrán que sortear varios obstáculos, como los científicos y policías que se quieren apoderar de ET para someterlo a estudios.

El filme, que apenas costó 10 millones de dólares, ha recaudado hasta la fecha más de 792 millones de dólares. Recibió nueve nominaciones al Óscar y ganó cuatro estatuillas, perdiendo ante Gandhi en la categoría a mejor película en 1982.

UNA HISTORIA LLENA DE VALORES

La guionista y directora de comunicación Maluly Oliva recuerda que tenía seis años cuando vio este filme en uno de los desaparecidos Policines de Guayaquil. “Fue la primera que nos hizo pensar que siendo seres diferentes, podemos ser amigos . El niño va conociendo a alguien totalmente extraño, tanto en su físico como en sus costumbres. Se gana su corazón y nace una amistad muy fuerte”.

Dice que cada vez que la ve se conecta con los valores que debe poseer cualquier ser humano. “Hay escenas icónicas, como la despedida entre ellos, el dejar ir a alguien que se sabe estará en un lugar mejor y al que pertenece. Todos lloramos al verla”.

UNA AMISTAD MARCADA POR LAS DIFERENCIAS

Para el actor y director ecuatoriano Alberto Pablo Rivera, lo interesante de la película es la sutileza en las metáforas y temas que se plantean. “Los papás de Elliot (Henry Thomas, el niño protagonista) se están divorciando y él se siente solo. Para intensificar esta soledad se crea un universo, donde coincide que un alien bueno se topa con este pequeño por accidente. El extraterrestre está solo, sin padres y necesita ayuda”.

El también cineasta resume la trama como la historia de dos amigos que se ayudan entre sí, siendo de planetas distintos. “En mi opinión marcó en la cultura popular, porque Stranger Things está totalmente inspirada en ET y utiliza elementos directos del filme para la serie”.