El museo Pedro Pablo Traversari, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Quito, creado hace 69 años, es considerado uno de los más importantes de América Latina. Tiene una colección de más de 1.000 instrumentos musicales, bastante raros. Por lo que se considera que conserva un patrimonio material e intangible.

Por ejemplo, hay una variedad de quenas que fueron hechas con huesos humanos. Quienes las hicieron tuvieron la habilidad para perforar los agujeros de tal manera que les dieron esa función musical. Cuenta una leyenda, que una fue hecha con la tibia de una princesa aborigen que murió porque no pudo casarse con su amado. Él, desesperado, hizo el instrumento conocido como pena de amor.

Hay otros instrumentos singulares de percusión, que fueron adaptados en caparazones de tortugas o de armadillos. La forma cilíndrica permite que con las baquetas, suenen como si fueran un tambor.

Patricia Noriega, directora de los museos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), explicó que el lugar lleva el nombre del músico que reunió toda la colección. “Era un hombre muy interesado en la musicología, tanto de Ecuador como de Europa y Asia”.

Traversari mostró por primera vez los instrumentos en 1950. Un año más tarde estos fueron adquiridos por la CCE. “Hay muchos que tienen características importantes de antigüedad, rareza y diversidad en todo el mundo”. Según Noriega, muchos artefactos se elaboraron en el periodo precolombino (antes de la llegada de Colón). Debido al material del que están hechos, su conservación ha sido más prolongada. Sin embargo, no todo está en perfectas condiciones. Noriega detalla que debido al tiempo de creación del espacio cultural, otros instrumentos se están deteriorando. El desgaste es más visible en aquellos que están hechos con madera y metal.

Ramiro Endara, director ejecutivo de la Fundación Conservarte Ecuador, explica que se están buscando fondos para iniciar con la restauración, lo que se está convirtiendo en una tarea titánica, por la crisis sanitaria que se vive en el país y el mundo. “Estamos buscando colaboración internacional, tanto en Suecia como en Holanda”, dice Endara. 

La afectación ha recaído en guitarras, pianos, mandolinas, liras, trompetas, que en algunos casos datan del siglo XVIII. Es necesario que intervengan diversos especialistas, como restauradores en instrumentos musicales que sepan de cuerdas, madera y metales; así como artesanos, técnicos, e incluso historiadores.

Clasificación de las piezas

Las más de 1.000 piezas estaban clasificadas en 42 colecciones. En 1974, luego de 20 años de la creación del museo, se hizo una reclasificación. Richard Rephann, director de la Colección de Instrumentos Musicales de Yale, realizó la nueva categorización. Se usó un conocido método llamado Sach Horn Bostel, que dividió los instrumentos de Traversari en aerófonos, cordófonos, membranófonos e idiófonos. Actualmente, las piezas están al interior de microcámaras para impedir un deterioro causado principalmente por insectos.