Cultura

Crónicas para escapar del encierro

El escritor Miguel Molina lanza ‘Cuaderno de lluvia’, una obra digital que recopila su paso por tres continentes.

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Esta es la segunda obra de Molina, que en 2017 lanzó el poemario 'Postales'.Cortesía

Recluido en su departamento en Nueva York, lejos de su familia y de su Quito natal, al periodista y escritor ecuatoriano Miguel Molina, le entró la nostalgia. “Me puse a revisar todos mis textos, todo lo que he escrito durante mi paso por el periodismo, y lo que más me gustaba, lo que sentía que podía rescatar, eran los textos que escribí cuando estaba de viaje”.

Roma, Ámsterdam, La Habana. Ahí nació ‘Cuaderno de la lluvia’, su obra más reciente. Esta, publicada en línea y de descarga gratuita, retoma el mismo hilo que su poemario ‘Postales’ (2017), donde prima el viaje y el desarraigo

De la poesía a la crónica. ¿Cómo surgió este nuevo proyecto? 

Soy un muy apasionado lector de no ficción. Uno de mis sueños a largo plazo, a muy largo plazo, era escribir crónicas de no ficción que pudiera antologar. Pero vino la pandemia, y me encontró en Nueva York, encerrado. Empecé a buscar un proyecto que me ayude a combatir la angustia y la distancia con mi país. Me puse a revisar todas las colaboraciones que había hecho para medios y, en ese proceso, encontré las historias que había escrito sobre viajes. Eran historias que no eran genuinamente periodísticas, sino que era no ficción y que, además de relatar los viajes, tenían indagaciones muy personales sobre el arte, el lenguaje y la distancia.

¿Cómo realizaste el proceso de selección de los diecisiete textos que finalmente entraron en ‘Cuaderno de la lluvia’? 

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El parámetro fue muy fácil. Revisé todos mis textos y decidí publicar lo que no me causaba vergüenza (ríe). Hay textos con los que tenía una conexión importante porque su escritura me alivió en su momento. El orden fue totalmente cronológico porque quería darle al lector la posibilidad de seguirme de ciudad en ciudad, y de ver mi escritura a través del tiempo. 

¿Cómo fue para ti revivir ese proceso de escritura? ¿Sientes que hay un cambio en la forma de narrar?

Si este libro vale la pena de algún modo, en cuanto a mi propia escritura, es sentir que finalmente encontré mi voz, una voz propia a la hora de narrar, y cuyo proceso de indagación, de aproximación varía muchísimo desde el primer texto en Roma, que seis años después, cuando volví Europa. Creo que me empecé a sentir mucho más seguro porque había encontrado un estilo muy genuino y muy mío. Fue muy bonito descubrir ese proceso, me produjo alegría. El libro es testigo de ese proceso, que se forjó a lo largo de la escritura.

Al recordar tu paso por estos sitios que te marcaron ¿te preguntas que será de ellos cuando pase la pandemia? ¿En cómo habrán cambiado si alguna vez regresas?

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Es una pregunta que tengo presente desde que empezó la pandemia. Siento que si algo nos ha quitado esta terrible situación es la capacidad de imaginar el futuro, en todos los sentidos. Cada vez somos más conscientes de eso. Teníamos unas vidas planeadas a inicios de año, que si ibas a aplicar a una maestría, si te cambiarías de trabajo, si te casaba o te divorciabas, y esos planes resultaron ser castillos en la arena porque vino algo mucho más grande y más desolador y que nos ha obligado a resistir. 

Siento que nada volverá a ser igual, que hemos descubierto cosas que ya no podremos olvidar, entre ellas que el sistema económico que vivimos merece ser repensado. 

Miguel Molina
La obra se puede leer de manera gratuita en línea.Cortesía

¿Ha facilitado el encierro la fluidez de la escritura?

No. Es muy difícil. Siempre he valorado la soledad y el encierro para escribir, pero increíblemente esta soledad y este encierro está matizado por la angustia y eso hace que, para mí, el estado no sea optimo para mi proceso creativo. Me he obligado a escribir y cuando lo hago, es un momento en que se borra la pandemia, en que me olvido que estoy solo en Nueva York, lejos de mi familia, pero es difícil llegar a esos momentos.

Algo curioso de ‘Cuaderno de la lluvia’ es que tiene un playlist que lo acompaña. ¿Cómo se construyó esta banda sonora?

Cuando me fui a estudiar a Barcelona, tenía 21 años y quería hacer crónicas. En un decálogo de Juan Fernando Andrade leí que decía que cada una de sus crónicas siempre tiene un soundtrack y eso me quedó. Empecé a relacionarme con los textos de no ficción de una manera más sensorial y se generó la idea de que la música tenía que estar presente en mis textos. Pero en este playlist no solo están las canciones que se conectan con cada crónica, sino las que estaban de moda en cada lugar en esa época. Era lo que escuchaba en ese momento, y siempre me recordarán a cada viaje. 

¿Habrá una edición física de esta obra? ¿Qué viene a futuro para ti? Claro, si sobrevivimos…

¡Es cierto! Quisiera editar este libro posterior a la pandemia, y me gustaría que la última crónica fuera sobre Nueva York. Hay un pequeño texto muy preliminar en esta edición, escrito cuando la pandemia estaba iniciando, pero me gustaría hacer un texto más extenso sobre esta experiencia. Mientras tanto también estoy trabajando en una novela, que es mi proyecto de grado de mi maestría en la Universidad de Nueva York.