Cultura

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Colorido. Cada una de las canoas tiene un color distinto, según Segundo Vera, para que se diferencien.Daniel Vite / EXPRESO

Canoas, una tradición que se ‘tunea’ en el cantón Mocache

Un artesano construye embarcaciones de remo y para motor, elaboradas con guayacán, que permite una mejor navegación

Un buen canoero necesita de su pequeña embarcación, un remo y la experiencia del hombre de zonas fluviales del campo para navegarla. En el cantón Mocache, de la provincia de Los Ríos, se siguen elaborando canoas manteniendo así viva la tradición, que es parte de la cultura de un pueblo identificado por la navegación fluvial.

La labor de construir las canoas se ha transmitido de generación en generación y se ha convertido en parte de la vida de algunos pobladores de este cantón riosense.

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Para Segundo Vera, construir una canoa es un arte. Una vez terminadas quedan “bien bonitas”, pues se preocupa de los mínimos detalles para satisfacer a los clientes, que gustan de navegar por el río.

El artesano se niega a que la tradición de sus antepasados decaiga y recuerda cada detalle que le enseñó su abuelo Segundo Vera, quien a los 103 años partió de este mundo dejándole el legado que ahora es su fuente de ingresos.

El material indispensable para este proceso es la madera, en especial el guayacán blanco, que es la mejor para las canoas, pues tiene una consistencia duradera en el agua.

El artesano de 39 años recordó que hace medio siglo se las hacía de un árbol que conocían como jigua, pero con la deforestación esa madera de origen nativo ha desaparecido.

Vera expuso que por cada árbol de madera que compran para realizar las canoas, ellos les entregan cinco plantitas. Esta especie de trueque tiene el fin de ayudar a la conservación de los bosques, porque pueden seguir trabajando con lo que la madre naturaleza les brinda.

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Turismo. Los paseos en canoa, que se hacían los fines de semana como una atracción turística, están suspendidos por la emergencia sanitariaDaniel Vite / EXPRESO

En la calle Vinces, debajo del puente a la entrada del cantón Mocache, está el taller de Vera, en donde les da forma a cada una de sus embarcaciones. Cortan la madera, sacan las asperezas, la lijan y van pegando las tablas de una forma especial para que el agua no se filtre y así queden listas para ponerlas a navegar. Con un martillo las empieza a trabajar tomando en cuenta cada detalle, para luego cubrirlas con una brea especial que sellar las entradas de agua a la canoa a la hora de mandarlas al agua.

Vera explicó que cuando se dedica a trabajar se toma casi un día para poder terminar las canoas a remo y las a motor hasta dos días, porque necesitan detalles diferentes y un soporte adecuado para el motor.

“Las canoas pequeñas tienen un costo de entre 100 a 150 dólares, en las a motor los precios varían por los detalles diferentes, por lo que van desde los 500 dólares y más”, explicó el artesano.

En el taller se realiza un trabajo en equipo, pues mientras Segundo termina de elaborarlas, uno de sus parientes les da la mano de pintura, siempre con un detalle especial que las diferencie de otras canoas. Incluso si el cliente quiere, la pueden pedir con pintura de barco, pero aquello elevado el precio de venta.

En el cantón Mocache las canoas no son solo para los pescadores, pues se ha implementado la idea de llevar a personas en paseos por el río.

Los fines de semanas, las personas pueden acudir en grupo y pedir al canoero que los lleve a dar una vuelta por el afluente, pagando un dólar por persona.

Mariela Espinoza, quien llegó hace varias semanas a pasear en canoa, dijo haber vivido una experiencia inolvidable navegando por el río. “Es bonito que se haya implementado este proyecto, esperemos que no decaiga y así las personas puedan vivir y sentir lo que es viajar en canoa, para conocer cómo era que se transportaban antiguamente”, expresó la turista.