Norma López se prepara, como todos los años, para salir a una caminata de dos horas, como muestra de agradecimiento a la madre de Jesús, por la salud y el bienestar de ella y su familia.

A los 68 años, lleva 30 caminando hasta la parroquia Santa Rosa, en el sur de Ambato, capital de la provincia de Tungurahua, para cumplir con su acto de fe, la penitencia.

Para ella, el ritual es una demostración de su devoción a la ‘Virgen de la Elevación’, quien le da salud, vida y trabajo. “Dios y la Virgen nos dan la fuerza para luchar cada día”, comentó la mujer mientras recorría la carretera que la conduciría hasta la Basílica en Santa Rosa.

César Talahua, oriundo del sector de la calle Simón Bolívar, se unió al peregrinaje junto a su hija adolescente. Aseguró que es una cuestión de fe, y cada año agradece a la Patrona de la ciudad por las bendiciones a su familia y trabajo.

Mientras tanto, Carlos Toapanta llega desde Pelileo para darle gracias a la Santa, pues asegura que es ella quien le da fuerzas para continuar con su trabajo. Quienes cada año se unen a la peregrinación de la Virgen de la Elevación, son en su mayoría integrantes de los bancos comunales que auspicia la Diócesis de Ambato.

Luis Chito, coordinador de Desarrollo Humano Integral y Solidario de la Diócesis, expresó que hay 265 bancos en los nueve cantones y 54 parroquias de Tungurahua. Cada uno de los seis mil beneficiados, en su mayoría mujeres, se organizan cada año en diciembre para agradecer a la Patrona por ayudarles en la economía, a través de los microcréditos productivos. La caminata a la Virgen de la Elevación cumple más de 50 años; los integrantes de los bancos están 19 años en la caminata, de los 21 años de creación

Michell Tapia, presidenta del Banco Comunitario ‘Jesús Nuestro Salvador’, comentó que entre los socios se preparan de la mejor manera, con carteles, camisetas y globos, para expresar el cariño a la Virgen. Este año, los devotos dedicaron la peregrinación a la ecología. El mensaje fue dirigido a cuidar el medio ambiente en los 324 años de aparición de la Virgen.

Los devotos terminan la procesión en la iglesia que fue construida en medio del páramo, a 3.330 metros sobre el nivel del mar.

Se cree que en 1695 se le apareció al indio Juan Chacarín, en Pilahuín. Tardaron cerca de 20 años en construir la iglesia en el páramo. Byron Montero, coordinador de la construcción de la iglesia, recordó que hicieron mingas y diferentes programas para recolectar el dinero, que sumó alrededor de 20 mil dólares.

Ayuda a las personas

Luis Chito, coordinador de Desarrollo Social, dijo que mediante la Diócesis se ayuda a alrededor de 6 mil personas, en su mayoría mujeres, con los bancos comunales. Es además una forma de agradecer a la Santísima Virgen. “La Virgen de la Elevación es muy protectora, y es quien nos ayuda en nuestra economía y salud”, refirió Mishell Tapia, devota. Ambato está en la zona centro del país y se puede llegar desde Quito o Guayaquil en buses o transportes urbanos por una carretera de primer orden.