Uña de gato, cascarilla, chugchu guazo y la planta de las tres puntas fueron los recursos naturales más nombrados por los chamanes, sabios y curanderos de distintas etnias, pueblos y nacionalidades que mantuvieron un encuentro para compartir e intercambiar sus conocimientos y experiencias sobre el tratamiento natural del coronavirus.

Unos 40 curanderos, ponés, chamanes, sanadores y sabios ancestrales fueron parte de la brigada de salud. Para Julio Gómez, miembro del Colegio Médico de Naturistas Profesionales de Pichincha, la combinación de cascarilla, chugchu guaza y uña de gato es un tratamiento completo para mitigar todos los síntomas del nuevo virus que afectó a muchas personas en el mundo.

El conocedor manifestó que él ha tratado, al menos siete casos graves, y que con tomas específicas para sus complicaciones y cada dos horas, junto a baños de vapor, sus pacientes se han podido recuperar. Otra planta a la que le tienen mucha fe es la de las tres puntas, dijo Flavio Calazacón. Esta especie le resultó efectiva cuando él se contagió de coronavirus.

Según detalló, cuando sintió los síntomas del virus acudió al sistema público de salud, donde lo atendieron, pero descartaron que estuviera contagiado del virus. Sin embargo, él se hizo un examen en una casa de salud privada y se confirmó sus sospechas.

Ya estaba en la última fase de síntomas del COVID, pero no tuvo complicaciones porque tomaba sus propios remedios naturales. “La planta de tres puntas se toma en infusión. Se pone tres hojas en una taza con agua hirviendo, se deja hasta que esté tibio y se toma”, resumió.

“Es necesario que ellos sepan cuáles son las diferentes terapias que se pueden dar con la medicina ancestral y con los diferentes complementos para el coronavirus”, manifestó Jhony Pazmiño, coordinador de interculturalidad de la Universidad Central del Ecuador, gestor de la brigada de medicina ancestral que llegó el pasado fin de semana a la comuna tsáchila El Poste.

Terapias

Hombres y mujeres sabios del Oriente y Sierra compartieron sus conocimientos con los tsáchilas, además les brindaron atención gratuita en terapias físicas, emocionales y espirituales. Calazacón manifestó que se espera concretar una segunda brigada a finales de este mismo año, porque se trata de experiencias muy enriquecedoras.