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Anita Belén, influencer de dulces
Rodeada de implementos de cocina, Anita Belén ha cumplido sus sueños de emprender.Cortesía.

Anita Belén, una jefaza en un mundo de azúcar

Con más de 500 recetas creadas por ella, no se guarda nada. Sabe que al compartir, todo se multiplica y lo ve reflejado en su cafetería.

Con cabello de diferentes colores y sonrisa amplia, aparece una joven del otro lado de la pantalla. Tiene un tono de voz didáctico, de maestra, con el cual enseña a preparar dulces de la forma más divertida. Ese mismo tono, es el que se le escucha mientras dialoga con EXPRESIONES.

Es Anita Belén Guevara, conocida (y adorada por los ‘foodies’) gracias al blog en el que comparte recetas creadas por ella.

Lleva en ese mundo de azúcar desde que era niña. Hoy es una ‘girl boss’, una jefaza. Tiene un libro, va en camino a escribir otro y hace más de un mes inauguró su propio restaurante.

A pesar de sus 31 años de edad, confiesa que aún tiene en su interior esa pequeña soñadora, para quien el mundo es rosa y morado como su melena y que encuentra paz cuando entra a la cocina, su templo.

Cocino desde que tenía ocho años, cuando aprendí que la pastelería requiere paciencia” asegura. Y a corta edad también reflejó que era buena para emprender. “A los trece comencé a vender dulces en el colegio, y el dinero que ganaba lo ahorraba para comprar libros de cocina. Tengo una biblioteca llena de estos”.

Sin embargo, ya graduada del colegio, la vida fue haciéndola probar varios caminos. “Quise estudiar pastelería, pero mis papás son muy académicos y una carrera artesanal no tenía mucho sentido. Estudié Publicidad y Marketing en la Universidad Casa Grande y esa carrera se convirtió en una de mis pasiones. Desde esa área pude trabajar en diferentes restaurantes y pastelerías”.

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La presión y el trajín que demandaba trabajar bajo dependencia permitió que por las noches encontrara calma en su cocina. “Mi papá, que es un hombre muy sabio, me dijo: ‘El trabajo dignifica. Tienes que encontrar uno en el que te sientas súper emocionada’. Lo que no se imaginó es que lo encontraría vendiendo dulces”, comenta.

  • ...Y LLEGÓ 'SUGAR MAMA'

Renunció a la oficina, se pintó el cabello de morado y fucsia y puso sus manos en la masa. El primer postre en llegar fue La mala crianza, una torta de suspiro, manjar, brownie de trufa, nutella, fresas y más chocolate. Con su trayectoria en marketing hizo crecer su comunidad en Instagram, aunque no faltó quien le copiara el dulce.

Me chocó muchísimo. Pero no porque me copiaron, sino porque lo estaban haciendo mal. Entonces abrí el blog y compartí la receta. Hubo quienes me dijeron que estaba loca, pero creo que cuando compartes, las cosas se multiplican”.

Así empezó a conquistar ‘foodies’ con sus recetas (al día de hoy son más de 500). Al inicio desde el portal WordPress, luego pasó a Facebook, Instagram, un canal en Youtube, hasta que tuvo un espacio en la TV. “Todos son profesores en mi casa, entonces disfruto un montón enseñar. Pero sentía que me faltaba el título de chef. Todo lo que sabía era por autodidacta. Así que fui a estudiar pastelería en Le Cordon Bleu, en Madrid”.

Ese año en Europa lo aprovechó para viajar a varios países y tomar todos los cursos que pudo. “Mi vida social era la cocina”, agrega. Participó en la séptima temporada de Master Chef España, pasó el casting, pero solo estuvo en el primer capítulo ya que decidió retornar a Ecuador a ver a su hija Victoria.

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Con ese bagaje, en 2018 incursionó como juez invitada en Master Chef Ecuador y ese año también lanzó su libro Sugar Mama.

  • 365 LIVES Y UN RESTAURANTE

Aunque el confinamiento de 2020 a causa de la pandemia la tomó por sorpresa, como a todos, la cocina volvió a ser su refugio. “Hice lives gratuitos todos los días, fueron 365 en total donde se conectaban más de 1300 personas en cada transmisión. El nivel de interacción fue impresionante. ¿Y sabes lo que más disfruté? El concepto de comunidad. Ellos pasaron a hacer grupos de WhatsApp de más de 500 participantes de todo el Ecuador. Los días que yo no podía conectarme, ellos daban clases vía Zoom y enseñaban lo que sabían. Eso yo no la había visto en otro lugar”, dice orgullosa.

Inició la pandemia con 50 mil seguidores y al día de hoy son 116 mil.No se piensa como competencia sino como una comunidad gastronómica maravillosa”, agrega.

El 2021 fue un año importante, pues pudo cristalizar aquel sueño que la acompañó desde que era una niña. En diciembre cortó las cintas e inauguró su cafetería y escuela de cocina El Obrador de Anita Belén. “Esto es un santuario. Es mi sueño”.

A su puerta llegaron muchos clientes, entre ellos aquellos con quienes se había conectado en los lives. “Han venido a modo de gratitud, porque sentían que esas clases eran como una desconexión para encontrar paz en esos momentos duros”.

A ese local donde los tonos rosa y morado son protagonistas, pasó todos los implementos que tenía en casa. “Desde mis 13 años, todo lo he pagado con dulces. Dinero que entraba lo usaba para comprar implementos de cocina. Y, de hecho, a mis electrodomésticos importantes les pongo nombre. Una cafetera se llama Bianca, pues vino de Italia, y una de mis batidoras se llama Alicia en honor a mi tía”, cuenta entre risas.

  • SU LUGAR MÁGICO

Como el resto de cafeterías, su emprendimiento también se ha visto afectado por el tema de los aforos.

Sin embargo sigue en pie. “Tengo un gran equipo”, dice. Son diez personas que recogen su misma esencia: ver la vida de manera positiva.

La comunidad me hizo encontrar mi propósito. Por ellos me levanto y hago las cosas con alegría”, dice sobre sus ánimos en estos días. Y para hacerle frente a la pandemia, implementa servicio a domicilio y talleres presenciales con mínimo de aforo y vía online.

Tener mi pastelería es mi sueño desde chica. Entrar a este lugar mágico que huele azúcar y puedo dar clases, es mi todo”, concluye.