¿Qué tan buena es una película? ¿Merece la pena leer este libro? ¿De dónde salió este político y qué ha hecho por la ciudad? Esas son algunas de las miles de preguntas que puede hacer un usuario cualquiera en internet y de las que aparecen respuestas interminables.

Pero, ¿son estas del todo creíbles? En los últimos años estas recomendaciones se han vuelto más poderosas que las dadas por un experto o las difundidas por los medios de comunicación tradicionales. Es por eso que aparece la interrogante de si ahora la gente dejará que sus gustos y elecciones se basen en estas recomendaciones.

Difundir opiniones acomodadas en favor del mejor postor se ha convertido en una práctica cotidiana. La revista especializada en tecnología Wired aseguró en un artículo publicado el 9 de agosto de este año que, en Kenia, se están pagando a influencers para difundir información no verificada en contra de activistas de la oposición. A cambio, estos líderes de opinión reciben entre 10 y 15 dólares diarios.

Esto sucedió a principios de mayo cuando distintos hashtags, entre esos #AnarchistJudges, se hicieron tendencia en Twitter, ya que miles de usuarios desconocidos, con cero seguidores, empezaron a hacer retuits y lograron posicionarlo. Según la investigación, desde ese mes hasta julio, se encontraron más de 30 tendencias en esta red social impulsadas por estos personajes que fueron chantajeados.

Aunque muchas personas ya son conscientes de la manipulación de la opinión pública, lo alarmante es que esta ahora está en manos de algoritmos, números, calificaciones y tendencias pagadas. No solo ocurre en la política, donde hay los mayores casos: la cultura y el entretenimiento también se están viendo afectadas por el mercadeo digital. ¿Será que se le está dando demasiada importancia a las recomendaciones?

• Spotify, ¿a favor o en contra de la música?

En mayo de este año, la plataforma de streaming fue acusada de aprovecharse económicamente de los artistas pequeños para incluirlos en sus famosos ‘playlists’ y así dar a conocer su música.

La Artist Rights Alliance (ARA) de Estados Unidos ha señalado esta opción como un esquema de pago por reproducciones, tal y como se hacía antes en las radios para darle prioridad a ciertos cantantes. A cambio, a través de los algoritmos de la compañía, se les prometían darles más impulso.

Ahora, ¿será que Spotify le recomienda a sus usuarios música realmente basada en sus gustos o es porque ellos se están beneficiando? Luego de esta acusación, el gigante sueco lanzó un comunicado un tanto confuso en el que aseguraba que iba a haber otra dinámica para entrar a estas listas, escondiendo el hecho de que los músicos más pequeños tendrían que aceptar una tasa de regalías más baja para añadirlos a las sugerencias.

• Una bomba de reseñas

Letterboxd, Metacritic, IMDB o Rotten Tomatoes son algunos de los sitios webs más populares que la gente común visita antes de decidir si ver o no una película. Las puntuaciones y los primeros comentarios pueden jugar en contra o a favor del futuro espectador.

En un episodio de The no Film School, un podcast exclusivo de Apple, uno de los participantes reveló que había producido una película de manera independiente y que le pidió a sus amigos y familiares que entrasen a IMDB y le pongan calificaciones de 10/10 para que antes del lanzamiento oficial ya se hubiera creado buena expectativa y apareciera entre los primeros títulos recomendados en el sitio.

IMDB no ha recibido acusaciones como Goodreads, pero viendo cómo funciona el mercado, no sería raro que empresas poderosas estén detrás para ayudar a promocionar esas puntuaciones en beneficio de sus proyectos.

• Goodreads, la plataforma de libros que tambalea

Para el universo literario, Goodreads es una de las plataformas más influyentes y se ha vuelto un punto de encuentro para las personas que aman leer, debatir sobre distintos temas y recibir recomendaciones.

Todo muy bien, hasta que en mayo de 2021, autores y autoras negras pertenecientes a la comunidad LGBTIQ denunciaron la aparición de reseñas falsas, negativas, homofóbicas, racistas y de bajas calificaciones por parte de usuarios que no habían leído sus publicaciones.

Lo lamentable es que la página no ha cambiado sus políticas de seguridad y privacidad a pesar de las constantes denuncias recibidas. Se sabe que por la cantidad de interacción diaria que hay en el portal, es complicado llevar una revisión continua de los comentarios que dejan los usuarios, pero se podría intentar llevar un seguimiento y asumir algún tipo de responsabilidad cuando aparecen estos intrusos.