Ciudad gris
La ciudadanía espera que a sus sectores aterricen no solo las áreas verdes, sino que los árboles se multipliquen. Ya no quieren una ciudad gris.Freddy Rodríguez / EXPRESO

Las zonas grises que aguardan a que llegue una metamorfosis

Carecen de áreas verdes y no se levantan ni árboles ni maceteros. La falta de sombra es evidente.  Ciudadanía reclama por un plan integral de arbolado

Ni maceteros con plantas ni especies sembradas. Ese es el panorama que se evidencia en diferentes sectores de Guayaquil, cuyos ciudadanos anhelan que ese escenario tenga una metamorfosis: que haya más áreas verdes y el arbolado se multiplique.

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Así como EXPRESO publicó ayer los cuestionamientos en torno a maceteros gigantes, muchos moradores aguardan que, además de árboles que refresquen y generen sombra, estos viveros móviles, como los ha bautizado el Municipio y cuya inversión desde 2019 es de 80.000, puedan al menos darle más verdor a estas zonas donde el concreto ha prevalecido.

La ciudadela Valdivia, Mucho Lote 1, el barrio Garay, el suburbio, el casco comercial, son apenas algunos de los sitios que esperan el cambio, pues la falta de sombra es evidente. Este Diario realizó un recorrido por algunos puntos y constató además que hay zonas donde, cerca de bancas, se levantan palmeras, pero son pocos los que toman asiento.

Eso ocurre en un tramo de cinco manzanas de la calle Gómez Rendón, en el sur, donde los moradores o comerciantes aledaños concuerdan en que faltan áreas verdes. “Me daría gusto pasar más tiempo sentado si hubiera un árbol, pero hay una palmera en la jardinera. En otros lados sí he visto un árbol y abajo una banca y considero que es lo ideal”, remarca el guayaquileño Marcos Toala.

Cerca de la transitada arteria se encuentra la calle Federico Goding, más conocida como la 11. Allí el parterre central está atestado de palmeras. A la comunidad le gustaría que al menos se coloquen los maceteros en las aceras y que esas especies sean cambiadas por árboles que sean de raíces profundas, para no tener problemas a futuro con la carpeta asfáltica o aceras levantadas.

Es evidente el déficit de áreas verdes en la ciudad. Tiene que avanzar la conquista de espacios verdes. Que no solo se quede en el discurso, sino que sea un hecho.

Xavier Cornejo, docente e investigador

El pedido ciudadano se repite en el plan habitacional Mucho Lote 1, en el norte, donde se evidencia una particularidad. Junto al sector se encuentra la ciudadela Las Orquídeas, que tiene entre sus manzanas aunque sea un parque con árboles con copas anchas, y que albergan diferentes tipos de aves.

En el parque central de la ciudadela se murieron los árboles y no hay nada de sombra. Los maceteros caerían bien en las áreas a las que no ha llegado la regeneración.

Francis Mieles, presidente de la ciudadela Valdivia
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Sus residentes se esmeran por cuidarlos, pues esta zona no se salvó de la plaga de la cochinilla y, como cae de vez en cuando una lluvia, la maleza también se hace presente.

En Mucho Lote 1 ocurre lo contrario. Carece de áreas verdes y los árboles se perciben poco. A ambos vecindarios los separa un canal, por lo que sus habitantes coinciden en que una acción que daría buenos resultados es que la arborización crezca en el entorno. Una de esas voces es la de Marlene Cruz, quien denuncia que, en los días soleados, los malos olores son tan desagradables que la empujan a encerrarse.

ciudad gris
Un canal divide a Mucho Lote 1 de Las Orquídeas, pero en la primera urbanización lo gris gana. Carece de espacios verdes que refresquen la zona.Christian Vásconez / EXPRESO

“Al menos con los árboles se mitigaría ese hedor y se cambiaría la imagen, que aquí es triste. A veces me toca ir a Las Orquídeas o a Samanes a disfrutar de áreas verdes, lo que aquí es difícil de conseguir. Ojalá se aprovechen los espacios públicos”, subraya la joven ingeniera.

El suroeste es otra zona gris. Por ejemplo, a lo largo de la avenida 29 apenas hay dos parques: uno lineal, con canchas, y otro que es de esparcimiento. Katherine Villafuerte cuestiona el hecho de que los árboles se concentren solo en estos espacios, y que no se multipliquen o lleguen a las aceras.

ObjetivoLos maceteros sirven para que los árboles desarrollen su sistema radicular y se adapten al clima y entorno en un tiempo de dos años, argumenta el Cabildo.

Aunque admite que en ciertos tramos hay pequeños árboles, le encantaría que esta arteria, considerada una de las principales del populoso sector, se vea como la Luis Vernaza, en el emblemático barrio Orellana, donde se contabilizan más de 80 especies, la mayoría nativas.

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El biólogo y catedrático Xavier Cornejo lamenta el déficit de áreas verdes y plantea que una de las soluciones es crearlas justamente donde son inexistentes. También propone el desarrollo de establecimientos de paredes y edificios verdes.

“No me refiero a que se ponga algo sintético, sino que estos sean con elementos naturales... Esto ayudaría. Y por supuesto, que las áreas verdes sean con especies propias de Guayaquil”, concluye Cornejo, al puntualizar que implementar estos espacios no solo debe quedarse estancado en el discurso de la autoridad sino que se demuestre con hechos.

Para los habitantes, urge que el Cabildo tome en serio la situación. “¿Será que con tanta valla ilegal creen que nos están dando sombra? Hay más vallas que árboles en el Puerto Principal. Ayúdennos a respirar”, sentencia Agustina Mejía, habitante del barrio Garay.