Los guayaquileños vivimos quejándonos del calor y tenemos la percepción general de que cada año este es mayor. Sin embargo, los registros del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) indican que los valores de 2019 estuvieron dentro de los promedios históricos.

Lo que sí ha comprobado, a través de los reportes diarios de sus ahora 30 estaciones en la ciudad y cantones vecinos, es que el noroeste de Guayaquil (donde se ubican sectores y ciudadelas como Monte Sinaí, Bastión Popular, Mucho Lote, Pascuales, Alborada, Samanes o Montebello) es la zona donde se registran las temperaturas más altas a lo largo del año.

Uno de los factores, según el Inamhi, es que desde el norte desciende aire cálido y húmedo que se estanca en esta zona por la presencia de la cordillera Chongón Colonche. El sur y el centro de la ciudad, en cambio, se benefician de la cercanía del río Guayas y del estero Salado, que refrescan el aire.

En diciembre pasado, por ejemplo, el día con la temperatura máxima del mes fue el 28, cuando llegó a 35,8 grados a la sombra. Sin embargo, el récord histórico de ese mes corresponde a 37 grados, registrado en un día de diciembre de 1987.

Coincidentemente, el 28 de diciembre pasado, en la tarde y noche, cayó la primera precipitación de ese mes en la ciudad. Y los guayaquileños, que ya entonces nos quejábamos de que se iban a terminar el mes y el año y no llovía, soportamos de pronto un fuerte aguacero que se extendió a lo largo de la noche con intermitentes lluvias.

Como resultado, según la estación meteorológica ubicada en el aeropuerto de Guayaquil, esa tarde y noche cayeron 42 milímetros cúbicos o litros por metro cuadrado en la zona.

“Eso es aproximadamente el 60 % de la precipitación normal para diciembre”, resalta el meteorólogo José González Ruiz, coordinador de la oficina local del Inamhi.

Según González, el periodo de lluvias en la región costera del país comienza en la segunda quincena de diciembre y se extiende hasta la primera de mayo, aproximadamente.

Esto indica que si bien diciembre cerró como un mes deficitario en precipitaciones (el promedio es de 68 litros), en cambio la estación lluviosa se inicia dentro de los rangos considerados usuales.

En cuanto a sus posibles características, el Inamhi tiene el siguiente pronóstico, basado en las condiciones atmosféricas y oceánicas existentes hasta el mes pasado:

1. En la zona costera (a lo largo del perfil costanero), las lluvias estarían por debajo de los rangos normales.

2. En el centro y sur de la Costa (Guayas, El Oro, sur de Los Ríos, interior de Manabí), entre normales y ligeramente superiores al promedio.

3. En el norte interior de la Costa (Santo Domingo, Esmeraldas, norte de Manabí y Los Ríos), por encima de los rangos considerados normales.

González reitera que ese pronóstico podría variar si lo hacen las condiciones del océano y de la atmósfera alrededor del país. Por ello los pronósticos se actualizan cada mes.

Esta es una tarea a cargo del Comité Erfen (Estudio Regional del Fenómeno El Niño), en el que participan diversas entidades involucradas con el tema. El último reporte de este grupo especializado no hallaba anomalías o indicadores de un posible próximo episodio del fenómeno El Niño (lluvias excesivas) o La Niña (sequía).

El Inamhi tiene disponibles en su página en Internet, los pronósticos diarios del clima en la ciudad y los reportes de los valores máximos y mínimos por zonas, según la ubicación de sus 30 equipos de medición.