Luego de que EXPRESO publicara una nota donde se evidenciaba la falta de mantenimiento en dos escalinatas de la ciudadela Urdesa, donde acumulaban maleza, desperdicios y que por su estado atemorizaban a los moradores, ya que temían ser asaltados; el Municipio de Guayaquil respondió con la limpieza de estas estructuras.

Este jueves 13 de agosto, trabajadores de la Dirección de Obras Públicas llegaron hasta una de ellas, ubicada en la calle Guayacanes, entre la Quinta y Las Monjas, para retirar los residuos que habían sido dejados por consumidores de drogas y chamberos, quienes habían convertido el espacio en su hogar. Fue necesaria la asistencia de un camión recolector.

Alfredo Alcívar, técnico en control de procesos de la dirección municipal, reconoció a este Diario que hay 15 escalones que están destruidos, debido al crecimiento de las raíces de los árboles, por lo que prometió mejorarlos en las siguientes semanas.

“Si es necesario se rellenarán y no se dejarán descuidados, también se pintarán las paredes de ambos costados”, dijo.

No obstante, para la residente María Isabel de Medina, quien denunció por más de una ocasión esta problemática, vía Twitter, considera que otra acción que debe ser ejecutada, de manera inmediata, es la instalación de una reja o puerta para evitar el ingreso de personas desconocidas, tal y como está instalada una en la parte superior de la escalinata.

“En buena hora que vinieron a realizar los trabajos, pero el cierre es la única forma para evitar que el problema vuelva a darse. Aquí se había convertido el sitio en un botadero público”, señaló.

En tanto que en la escalinata que enlaza la calle Sexta con la Séptima también se cumplieron las mejoras. Allí, en cambio, se iniciaron las tareas de mantenimiento el martes 11, pero este viernes 14, según Alcívar, se pintará la estructura. “Una vez que termine, se arreglarán las gradas de la otra escalinata”.

En este espacio se constataron daños a los costados de los escalones, donde hay huecos que acumulaban ropa y botellas de bedidas alcohólicas. Los grafitis también proliferan en las paredes.

Los moradores también exigieron la reparación de las luminarias y que los policías redoblen los patrullajes en los alrededores de la ciudadela.