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Moradores del barrio de Rumichaca y Manabí, rememoran con anécdotas como era su barrio de antañoChristian Vinueza

Guayaquil: El reencuentro barrial que nace tras la iniciativa de EXPRESO

Luego de 50 años, algunos de los vecinos del centro regresaron a Manabí y Rumichaca, para recordar sus días allí y fortalecer la idea de habitarlo nuevamente

Entre risas, anécdotas, bromas, abrazos y con algo de melancolía, se lograron reencontrar en las calles Manabí y Rumichaca, quince exvecinos que hace más de 50 años precisamente vivieron en ellas o sus alrededores.

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Sonia Aragonés, una de las moradoras, se enteró del concurso de ideas que ha lanzado EXPRESO para rescatar el centro de Guayaquil y se comunicó con sus amigos de la adolescencia, para reencontrarse en el sitio donde “aprendieron a vivir” y demostrar entonces cómo era antes esa zona que hoy también buscan recuperar.

“Nosotros queremos ser un aporte para la sociedad para rescatar el centro. Sé que los urbanistas y arquitectos participarán. Nuestro aporte hoy será contar por qué es tan bonito rescatar esta zona. Somos los testigos de un buena convivencia”, comentó Aragonés, que tenía varias décadas sin volver a su barrio. “La mayoría salimos de aquí a inicios de los 70. Desde ahí no hemos regresado. Han pasado cincuenta años desde eso. ¡Cómo pasa el tiempo!”, dijo la adulta mayor.

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Una iniciativa cívica con el apoyo de la empresa privada.Rescatemos el centro de Guayaquil

EXPRESO compartió parte de ese tiempo con los vecinos y fue testigo de cómo disfrutaron al darse ese abrazo que, a través de llamadas, se habían prometido. Mientras recordaban anécdotas y reían llegó otra exvecina, Nancy Meza, que ayudada por los caballeros del grupo se bajó del carro y se abrazó con sus amigos de antaño, mientras que otro de ellos empezó a hacer memoria. “Aquí tuvimos nuestras primeras novias, nuestros primeros trabajos y hasta nuestras primeras diabluras”, recordó entre risas Andrés De La Torre, uno de los más alegres por el reencuentro, hoy de 70 años

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El vecindario se reunió y lo celebro en la casa más antiguaChristian Vinueza

“Hace 50 años ellos eran mis amigos, pero ahora son mi familia, mis hermanos. Eso lamentablemente ya no se ve ahora. Cada quien vive su vida. Pero qué hermoso es volverse a reencontrar aquí mismo donde fuimos muy felices y disfrutamos tanto. Por eso el centro debe ser recuperado, las nuevas generaciones deben de tener la oportunidad de vivir lo que vivimos nosotros”, comentó mientras rememoraba la época de cuando armaban torneos de fútbol contra los barrios aledaños, sin peleas ni problemas, y en la calle.

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“Volver a estas calles es revivir la historia. Esta casa tiene más de un siglo y no se ha modificado su fachada. Son muchas emociones combinadas al regresar al barrio donde nací y crecí”, comentó Ricardo Martínez, mientras miraba con algo de nostalgia la vivienda que hoy en la planta baja alberga un local comercial; y a la vez ayudaba a caminar a Alberto Heredia, de 70 años, que se movilizaba con ayuda de un andador.

“ Recuerdo que en la esquina de Manabí estaba el comedor de Marquitos. Él vendía almuerzos, pero siempre al finalizar la tarde, raspaba la olla y nos regalaba a los muchachos. Hacíamos filas con nuestro plato para que nos sirva la guatita con arroz amarillo, que era lo que tanto nos gustaba. Eso lamentablemente ya no se ve. Qué bellos recuerdo”, narró Martínez.

Actualmente la zona se ha vuelto comercial, se vende comida, ropa, hay tienda de abastos, que han reemplazado a sitios como el comedor de Marquitos o los encuentros artísticos en la calle.

Hace 50 años ellos eran mis amigos, pero ahora son mi familia, mis hermanos. Eso lamentablemente ya no se ve ahora.

Andrés De La Torre
exvecino del sector​

“¿Te acuerdas de las fiestas de Navidad? Todos juntos cantábamos”, “¿Recuerdas cómo nos íbamos caminando hasta el cine México?”, “Los bailes eran inolvidables”, “¿Recuerdan los funerales? Siempre todo el barrio estaba presente sin importar dónde se hacía la velación o el sepelio? Qué barrio tan unido, qué alegría estar aquí hoy”, repitieron hasta el cansancio los amigos, que llevaron fotos consigo para evocar las experiencias que vivieron.

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“Lo que ha hecho el periódico es una gran iniciativa que nos ha permitido reunirnos y recordar tanto. Esperamos de verdad que el centro pueda revivir esa hermandad, paz y cultura que antes existía”, sentenció De La Torre, quien quiere y pretende reunirse con los pocos o contados residentes que aún viven en esas arterias para transmitirles sus vivencias y hasta convertirse en amigos. “Nos gustaría hacer una fiesta aquí y que ellos vean que el vecindario es una familia. Ellos pueden ser los nuevos integrantes. Para nosotros todo es posible”, finalizó.

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Miraban fotos, contaban historias y recordaban anécdotasChristian Vinueza
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