Puente peatonal de Ceibos Norte
Los transeúntes temen por los riesgos que genera el mal estado del puente y el peligro que representa.Alex Lima

Al paso peatonal de la Perimetral no le queda nada más que el esqueleto

La estructura no tiene ni barandillas para que se sujeten los ciudadanos

Se puede cruzar, nadie cobra por pasar, pero se corre el riesgo de caer al vacío. En la vía Perimetral, cerca de la ciudadela Ceibos Norte, se encuentra un paso peatonal con las barandillas de ambos lados completamente desprendidas, donde solo quedan postes cortos y afilados, que representan otro peligro. Los transeúntes afirman que la estructura lleva más de un año en ese estado.

Foto de Sistema Granas (8528542)

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Los moradores y trabajadores denuncian no solo el descuido y vandalismo del que ha sido víctima el puente, sino la falta de reacción por parte de las autoridades, y los delitos que allí se cometen ante la falta de iluminación. Los postes de regeneración urbana se colocaron pero, a decir de los peatones, las lámparas nunca llegaron.

EXPRESO se comunicó con la Agencia de Tránsito y Movilidad, a cargo de esta estructura, como lo reconoció, para conocer por qué permanece en ese estado y sobre todo por qué, pese al riesgo que enfrentan los peatones, no lo han reparado.

El ente explica que en abril pasado comenzó el mantenimiento de 19 pasos peatonales ubicados en la vía Perimetral y la Narcisa de Jesús, incluida esta obra. Alega, sin embargo, que tras culminar la regeneración de la obra civil de la estructura, esta fue otra vez vandalizada. Por lo que la arreglarán otra vez, pero cuando los demás pasos previstos sean intervenidos, señaló, sin precisar una fecha.

“Aquí se instaló una cámara de vigilancia, pero de nada sirve. Cada día se llevan otro pedazo de las barandas y roban sin importarles que los vean. Frente a esos robos, no reaccionan. ¿Por qué no atienden eso primero? ¿O esperan que sigan robándose las partes para seguir invirtiendo y reponiendo? Por favor, si saben ya cuál es el problema, soluciónenlo”, se quejó David Andrade, quien pese al riesgo sigue usando el puente, debido a que no puede pagar dos pasajes diarios solo para cruzar al otro extremo de la calle.

Abraham Barreto tiene este mismo problema: sin luces y barandas, le da miedo caminar por allí, pero usa el puente para llegar más rápido a casa. “Aquí te caes y por lo menos son ocho metros hasta la calle. Y si te caes del lado de la zanja, nadie nunca sabrá qué te pasó. Uno se arriesga a ir como malabarista”.

Araceli Torres, residente del sector, a diferencia de los otros dos ciudadanos, sí toma dos buses para llegar al siguiente paso peatonal y atravesar la arteria. “Prefiero evitar cualquier desgracia. Me sale más cara mi vida. Si me caigo, no tengo quién me pague el féretro”.