En la ciudadela Pradera 3, ubicada en el sur de Guayaquil, existen parques que parecen ya una selva. La maleza es tal que niños ni adultos pueden circular en él. “Atravesar el área es caminar entre monte que te sobrepasa la cintura. Hay moscos, ranas, quizás hasta ratas, por lo que nadie se atreve a caminar por el área”, asegura Mariana Delgado, residente de la manzana D84, una de las más afectadas.

Como se observa en la gráfica, enviada por los lectores de este Diario, se puede ver como ya no es posible sentarse ni en los juegos infantiles.

La semana pasada, advierte Juan Villacís, quiso que sus nietos jueguen un rato; lamentablemente, dijo, por el estado del lugar, tuvo que instalarse con ellos sobre las aceras, “también diminutas y rotas”, para que se entretengan.

“Hay áreas que no dan la bienvenida a las familias”, lamenta; al asegurar que así como pasó con El Bosque de Colores, el área verde más grande del vecindario, fueron las familias quienes se encargaron de darle vida.

Ahora, frente a los casos de dengue que se han reportado, los habitantes que viven en las áreas aledañas al parque solicitan ayuda al Cabildo para que corten la maleza. “Los vecinos lo pintamos, le colocaron plantitas, tratamos de cuidarlo, de que se vea bonito..., pero miren como está. Ahí entran nuestras mascotas y hasta se pierden. Por los zancudos es imposible estar fuera de casa más de tres minutos”, advirtió Jorge Delgado, también residente.