En pleno estado de emergencia sanitaria que vive el país, por la pandemia del coronavirus a nivel mundial, algunas universidades privadas de Guayaquil siguen cobrando matrículas para el nuevo semestre que, antes de la crisis, estaba previsto que inicie la primera semana de mayo.

Esta situación ha causado la indignación y rechazo de los estudiantes, quienes a través de las redes sociales lamentan la falta de solidaridad de ciertos directivos de los centros de estudios superior y los exhortan a que no los traten como clientes, sino como jóvenes que quieren superarse.

“El cobro de matrícula empezó el 23 de marzo y culminará el 9 de abril. De no pagar, el estudiante corre riesgo de perder la matrícula ordinaria para este ciclo”, denuncia María Isabel Chavarría, estudiante de Psicopedagogía de la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil, al calificar como ‘presión’ esta medida.

El anuncio de pago inmediato de la matrícula, dice la denunciante, llega por vía Whatsapp o correos electrónicos que mantienen autoridades con los presidentes de cada curso de la carrera.

Durante las conversaciones por estas vías tecnológicas, los chicos le informan a un directivo que al actualizar los datos en la plataforma de la institución educativa, les genera de inmediato la orden de pago. ¿Con eso aseguramos nuestro cupo o tenemos que pagar enseguida?, preguntan. Obteniendo como respuesta: “Deben cancelar lo más pronto posible”.

“Nos parece algo realmente injusto que no se considere la actual situación que vive el país. No se puede obligar al estudiante o al padre de familia a salir a la calle para ir a un banco a cancelar la matrícula”, manifiesta Chavarría.

No obstante, el martes pasado la universidad les compartió otros mensajes en donde se les indica que la solicitud de matrícula o registro ahora puede desarrollarse en línea, a través del sistema académico Ekudemic; mientras que el pago pueden hacerlo a través de transferencias o en línea. Luego de realizar este trámite deben enviar el comprobante al correo del departamento de contabilidad de la universidad.

Pablo Chávez, director de Comunicación de la universidad, manifestó que la entidad está consciente de la situación que vive el país, pero que debe continuar con sus actividades. “Nadie está obligado a pagar. Si no pueden estudiar en este semestre lo harán en el siguiente o cuando pueda retomar sus estudios”, indicó y recordó que el 24 de abril son las matrículas extraordinarias y que se está habilitando opciones para que puedan hacer el pago.

Ileana Mazón, quien es líder de curso, condenó este hecho. “De cualquier manera la universidad quiere que el alumno pague la matrícula si desea seguir estudiando o que estudie cuando pueda pagar; pero no se informa cómo recibiremos las clases en el nuevo semestre”, resalta.

Sin embargo, Chávez informó que esto dependerá de cómo se desenvuelva la situación; pero, aclara, que el costo de las pensiones podrían ajustarse en caso de implementarse la modalidad virtual, que sería de manera provisional.

Otras universidades como la Politécnica Salesiana (UPS) Guayaquil, brindan facilidades de pago a sus estudiantes.

César Andrade, director Técnico de Comunicación y Cultura, asegura que todos los estudiantes tendrán habilitadas sus plataformas, independientemente de si cancelan o no sus matrículas, cuyo proceso empieza el 16 de abril.

“No se puede obligar a pagar a alguien que no tiene y quiere estudiar; pero sí necesitamos que aquellos que cuenten con recursos hagan sus pagos correspondientes, a través de transferencias”, destacó.

Estudiantes de varias universidades privadas sugieren que el pago de matrícula se postergue hasta cuando culmine el periodo de cuarentena y piden que los alumnos de pocos recursos, sin acceso a computadora o internet, no se vean afectados por las clases virtuales que vayan a implementarse.

También piden la reducción del pago de pensiones, ya que las clases virtuales no son de la misma calidad que las presenciales; y la elaboración de un plan de prevención para evitar el contagio del COVID-19, ya que cuando se vuelve a clases el peligro de contagiarse de la enfermedad seguirá latente.