Los incendios forestales no dan tregua en los pocos pulmones de Guayaquil. Esta vez el afectado fue el Bosque Protector Cerro Colorado, ubicado al norte de la ciudad, donde se reportó la emergencia la tarde del lunes 6 de diciembre, pero hasta la tarde del martes 7 el ‘infierno’ continuaba. El flagelo consumió 43 hectáreas, quedando incinerados árboles y al menos cuatro animales, entre ellos una zarigüeya y una serpiente.

Pasadas las 15:00 del martes, la alarma pasó de tipo 3 a 4, con igual número de sectores que todavía ardían. Dos de ellos se encontraban en las cumbres del área protegida, por lo que se tornó una tarea difícil que el equipo bomberil ingrese. Fue entonces que colaboraron un helicóptero de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, el servicio aéreo de la Policía e incluso vino otro helicóptero del Cuerpo de Bomberos de Quito.

El siniestro fue alertado sobre la autopista Narcisa de Jesús, a la altura de un paso peatonal, y en ese tramo se evidenció cómo se perdió vegetación y decenas de desechos se chamuscaron. Caminar por allí fue sinónimo de ardor.

Y esto afirma que la problemática, como contó Diario EXPRESO semanas atrás, pone al desnudo la irresponsabilidad, ya que algunos son provocados por la quema de llantas o de basura.

A esto se suma la presencia de covachas y la quema de cables, por parte por los denominados chamberos, para poder extraer el cobre, que es su ‘oro’. De esto último dio cuenta María Fernanda Rumbea, directora de Ambiente del Municipio, al argumentar que esta actividad podría ser la que desató el flagelo en el sitio, donde se vieron afectadas especies arbóreas como jaboncillos, guasmos y robles.

“Esa sería la probable causa y con el viento se propaga más rápido. Es el bosque más seco”, acotó la funcionaria, quien subrayó que dos perros y un ave fueron rescatados.

De acuerdo con Polo Terán, segundo jefe del Cuerpo de Bomberos, las labores de mitigación del incendio forestal se retomaron y en cuatro sectores se enfocaron los trabajos. Recordó que fue difícil el acceso a los focos (del incendio) o al fuego y que se necesitó la asistencia de maquinaria y el personal del área forestal de incendios.

“No podemos determinar las causas en este momento. Este equipo de respuesta es para mitigar. Una vez hecho esto, procedemos a determinarlas. Al momento que logremos apagarlo vamos a encontrar las irregularidades que no deben estar en un ambiente silvestre como este”, especificó.

En tanto que Fernando Ayala, jefe de la División Técnica Forestal y Ambiental, en un comunicado de prensa informó que este incidente tiene que haber sido provocado por alguien quemando basura, algún tipo de alambre o cable.

Ayala agregó que se presume que sea por “temas de invasión”. “La semana pasada tuvimos incendios grandes en Bosqueira. Acá lo que teníamos era invasiones, indigentes, personas que queman cables para sacar el cobre”, explicó.

En total, 159 bomberos intervinieron en el lugar, al igual que voluntarios. Uno de los mayores riesgos fue que vuele alguna ceniza o material combustionado y esto continúe afectando más terrenos del área natural.

Las urbanizaciones cercanas al sitio de la emergencia cuentan con resguardo por los muros, pero aun así diferentes ciudadanos y transeúntes se alarmaron por este nuevo siniestro. El último incendio ocurrió el pasado 16 de noviembre, en el Bosque Bosqueira, ubicado detrás de la ciudadela Lago de Capeira, en el kilómetro 23 de la vía a Daule.

En un intento de frenar los incendios forestales, Rumbea adelantó a EXPRESO que se creará una división ambiental de la Policía Metropolitana, en la que diez agentes actuarán como guardabosques en las periferias y dentro de las zonas protegidas. Entre estas figuran Paraíso y Bosqueira.

La ambientalista Andrea González lamentó lo sucedido, sobre todo por la deforestación que se ha venido dando en la zona. “Está además el tema del tráfico de especies, de madera ilegal, por lo que se necesita realmente un impacto de los nuevos guardabosques que vayan a controlar”, manifestó.

Hasta el cierre de esta edición, las tareas de mitigación continuaban. Se duplicaron los refuerzos y 26 unidades estaban en la zona.