Sandra Tenorio se levanta a las 06:00 y una hora más tarde se conecta en su computador, instalado en la sala de su casa, para empezar su jornada laboral bajo la modalidad de teletrabajo. Allí llena guías y fichas escolares, toma exámenes remediales y se prepara en cursos virtuales. Se desocupa pasada las 12:00.

Coronavirus en Ecuador: noticias actualizadas minuto a minuto

La maestra de octavo básico de un colegio del sur de la ciudad, se toma un pequeño descanso para almorzar algo que preparó el día anterior, y luego retoma la jornada a las 13:00 para contactar a quienes serán sus alumnos, con el fin de conocer si cuentan con los implementos tecnológicos para las clases virtuales que empezarán el 1 de junio en el régimen Costa. Termina pasada las 16:00, aunque a veces debe seguir contestando llamadas o correos electrónicos de los padres de familia que desean despejar inquietudes escolares. Culmina exhausta, pasada las 18:00.

La historia de Sandra es la de muchos maestros que deben trabajar más de 10 horas diarias, pagando de sus bolsillos servicios de luz, telefonía móvil o fija, internet, laptop, entre otros, que utilizan durante la jornada escolar en casa.

Y es precisamente este punto que les preocupa a los maestros, tras las medidas económicas anunciadas por el Gobierno el martes pasado, para afrontar la crisis económica que atraviesa el país por la pandemia del COVID-19. Esta establece la reducción de la jornada laboral y salarios al sector público.

En el caso de los docentes, la disminución será de una hora de trabajo que implica una reducción de 8,33 % mensuales en su sueldo. “Nos bajan el sueldo aduciendo que trabajaremos siete horas diarias, cuando en realidad laboramos más”, menciona Carlos Martínez.

Este docente, que pertenece a la categoría G, gana $ 817 mensuales; con la reducción de salario recibirá $ 716, pero deberá sumar los descuentos por los préstamos hipotecarios y quirografarios que tiene.

“Si antes recibía 300 dólares, ahora solo tendré 200 que servirá para la alimentación de mi familia”, menciona, al preguntar de dónde sacará para pagar el servicio de internet y de teléfono que usa para su trabajo.

En el país hay 166.658 profesores que trabajan en unidades educativas fiscales; de ellos, 131. 984 tienen nombramientos (79 %) y el resto trabaja con contratos ocasionales (21 %).

Mercedes Toapanta (55), lleva 25 años en el magisterio fiscal. Por pertenecer a la categoría F gana $ 901, pero ahora recibirá cerca de $ 200 menos.

Para ella, esto es preocupante porque desequilibra sus finanzas, ya que tiene dos hijos que alimentar y educar, y aparte debe pagar préstamos, medicinas, servicios básicos, entre los que incluye la planilla de internet que debe ser de alta velocidad, por casi $ 60.

“Por un lado nos recortan el salario y por otro nos exigen que estemos casi todo el día conectado en línea, llenando guías de trabajo, preparando material y realizando capacitaciones en línea con plataformas digitales cuyos costos salen de nuestros propios recursos”, se lamenta el maestro.

Lo mismo señala Geovanny Z., profesor de un colegio fiscal ubicado en el norte de Guayaquil, donde labora desde hace 19 años. “El problema es que no hay horas de conexiones. Lo mismo da en la mañana, tarde o noche; sábado y domingo, inclusive. El internet lo pagamos de nuestros bolsillos que van a ser recortados por el Gobierno”, explica el docente, al preguntar: ¿cómo quieren que sigamos cumpliendo con la educación desde casa?

Las redes sociales son los medios donde los maestros hacen conocer su descontento a esta medida.

“Estoy consciente de la situación actual del país. No es que no quiera trabajar con mis recursos, pero mientras no los tenga por parte del Estado, no podré contactar a los padres de familia, estudiantes y autoridades de la institución educativa”, señala un docente a través de su cuenta de Facebook.

Otro maestro dice estar dispuesto a ir a laborar de forma presencial; pero para ello le solicita al presidente de la República, Lenín Moreno, que lo dote de todos los medios de seguridad “como lo hace con los otros estamentos a los que no los ha topado con estas medidas”.

Ante esta situación los gremios de los maestros han anunciado varias medidas que van desde marchas de protestas hasta un paro digital.

EL DETALLE

Hecho. Los representantes de los gremios de docentes dicen que no todos están capacitados para impartir las clases virtuales, ya que el acceso a internet es limitado.

ANUNCIAN UN PARO DIGITAL

La Red de Maestros, liderada por Agustín Lindao y que agrupa a más de 100.000 profesores, amenaza con realizar un paro digital como medida de protesta a la reducción del salario a los docentes del país. “Realizaremos varias acciones que empezarían cerrando la plataforma digital que será usada por más de dos millones de estudiantes que empezarán sus clases virtuales el próximo 1 de junio”, manifestó. La Unión Nacional de Educadores (UNE) anuncia medidas similares.