La factura más cara la continúa pagando el turismo. Y es que en la isla Puná, que fue declarada área protegida en el 2009, el grado de contaminación sigue siendo el mismo que alertó a los ciudadanos (y no solo de Guayaquil, el cantón al que pertenece) en septiembre pasado; cuando se constató que las orillas de las comunas Bellavista, Estero de Boca, Cauchiche y Subida Alta estaban cubiertas de basura y plástico.

Hoy, luego de seis meses, EXPRESO ha realizado otro recorrido por el lugar y ha confirmado que esa alfombra de desechos sigue intacta. Los únicos que la aprovechan son las decenas de aves de rapiña que sobrevuelan sobre ella y que incluso se instalan, como si fueran faroles, sobre los letreros que dan la bienvenida a la isla.

En octubre, luego de la publicación de este Diario, el Municipio de Guayaquil aseguró que Puná no está dentro del contrato de Puerto Limpio, sin embargo confirmó que la empresa colaboraría con la dotación de sacos y posterior retiro de los desechos; que según los críticos en el tema, aparecen como producto de las corrientes que remueven el material dragado y, sobre todo, del mal tratamiento de desechos en las zonas cercanas a la isla y a la cuenca baja del Guayas. También se comprometió -y eso fue lo más importante- a presentar un plan de mitigación, del que todavía nada se conoce.

EXPRESO lo consultó a través del departamento de comunicación del Cabildo y mediante un correo electrónico, el equipo se limitó a informar que las autoridades sí están trabajando en él, pero no precisó fechas de cuándo estará listo, ni tampoco dio nombres de las instituciones o especialistas -si es que las hay- con las que lo estén trabajando. Mediante un mensaje de Whatsapp, una de las integrantes del departamento de comunicación de la entidad, aseguró que Bolívar Coloma, director de Ambiente, se encontraba de viaje y, por lo tanto, no podía responder a esas interrogantes.

Lo que sí envió el equipo a la Redacción fueron los boletines de prensa de las mingas que han hecho en el sitio desde entonces (ver cronología adjunta); y que, a decir de los expertos y comuneros, no logran los resultados esperados.

• Cronología de las mingas

* 18/09/2019

El Municipio y la viceprefectura del Guayas iniciaron las mingas de limpieza en Cauchiche, Subida Alta, Estero de Boca y Bellavista, que suman 15 kilómetros de playa.

* 24/09/2019

Se realizó otra minga. Con esta fue la tercera en el sitio y en total se recolectaron 1.200 sacos con cientos de botellas, plásticos y basura.

* 17/10/2019

Se realizó otra minga de limpieza y se capacitó a los agricultores de la cabecera parroquial en la comercialización de la chirimoya, maracuyá y guanábana.

* 06/02/2020

Se ejecutaron otras dos jornadas de limpieza en Puná. Participó la empresa privada. 

Limpiar la playa sirve de poco, dijo en un reportaje del viernes anterior César Solano, jefe de la Junta Parroquial de Cauchiche, al hacer hincapié en que por más nítidas que queden las orillas de la isla, el efecto no dura más de seis horas, que demora en llegar la nueva marea, que trae de vuelta la basura; lo que influye en el hecho de que los turistas no la visiten.

Ahora las playas lucen desoladas, no hay bañistas. Y las especies, entre ellas las tortugas y los peces, también mueren. En las orillas, como advierte la población, amanecen en las mismas condiciones algunos perros y chivos que habitan en el entorno.

¿Qué hacer para remediar el problema? Activistas como Luis Martínez, asesor en temas ambientales, y biólogos como Daniela Hill y Bruno Yánez, han sido claros en asegurar -más de una vez- que una de las soluciones urgentes, además del trabajo interinstitucional y la educación en la ciudadanía, cuya falta de concienciación deviene hoy en desinterés; radica en coordinar políticas públicas urgentes que permitan dirigir acciones inmediatas a un cambio integral en el tratamiento de desechos.

Y no solo eso. Hill, también directora de la fundación Amiguitos del Océano, ha hecho énfasis en la necesidad de controlar la sobreproducción de artículos de plástico de parte de compañías que hoy no tienen campañas de retorno de envases.

Incluso, la academia, a través de los proyectos de titulación de sus alumnos, como es el caso de la Escuela Politécnica del Litoral Espol, propone que los biólogos, ingenieros ambientales y activistas realicen un monitoreo en la zona para encontrar la fuente de los desechos; esto teniendo en cuenta que las autoridades, al menos en lo que respecta al dragado, se mantienen en la idea de que no se ha comprobado que este incida en la afectación.