JURAMENTO DE LA BANDERA
Celebración. Tras el juramento, la familias y las mascotas sellaban el acto con una fotografía.Christian Vinueza

Un insólito ‘¡Sí, juro!’ se escuchó desde las pantallas y fuera de las viviendas

El juramento al lábaro patrio se realizó este viernes 25 de septiembre con distintos escenarios.

En medio de la sala, frente a una laptop, estaba sentada Anouk Tigre, estudiante de la Academia Naval Guayaquil, luciendo su impecable uniforme blanco. Esperaba con ansias que sus otros 104 compañeros se conecten para dar inicio al acto cívico del juramento a la bandera. Un acontecimiento que se realizó desde las plataformas virtuales o fuera de las viviendas, pero que no impidió a que griten el “¡Sí, juro!”.

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“No voy a mentir, esperábamos este momento desde el primer año que ingresamos a estudiar, y aunque ha sido distinto, nos ha llenado de emoción poder hacerlo”, expresó, este 25 de septiembre, la joven de 17 años luego de concluir la ceremonia que fue sellada con las felicitaciones de sus parientes que estaban ubicados a un costado de la transmisión.

La misma opinión la compartió Sebastián Zambrano, estudiante del Colegio Internacional SEK, pero en su caso el lábaro patrio llegó hasta el exterior de su vivienda, situada en una urbanización de vía a la costa. Uniformado y rodeado de sus familiares, se arrodilló en una sola pierna, alzó la bandera y juró fidelidad. Como parte del protocolo de bioseguridad dispuesto por las autoridades del centro educativo, no se la llevó a sus labios.

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Espacios. El acto cívico se desarrolló de manera virtual.Freddy Rodriguez

Es decepcionante no hacer el juramento con mis otros 12 compañeros. Lo esperábamos, pero me alegra ver que la pandemia no impidió el acto cívico”, acotó el joven.

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Por su parte, su compañero, Rubén Jesús Gómez, de 18 años y abanderado de Guayas, no juró el pabellón nacional por ser venezolano, pero prometió respetarlo. “La pandemia ha sido un problema, pero estoy feliz de mostrar nuestra capacidad de adaptarnos. No soy ecuatoriano, pero me gusta la diversidad del país. He puesto raíces”, subrayó.

En otro punto de la ciudad, en la terraza de un inmueble de las calles 4 de Noviembre y Babahoyo, en el sur, los esposos Héctor Méndez y Sandra Mora le colocaron a su hijo José Manuel la banda que lo proclamaba como el abanderado de la Academia Naval Visión (Anavi). Los directivos del plantel fueron testigos del acontecimiento, a través de la pantalla de una laptop y cámaras que permitían transmitir el acto en vivo.

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Hecho. Amy Correa Pérez, abanderada de uno de los centros educativos de Guayaquil.CHRISTIAN VASCONEZ

Hasta antes de la pandemia, José Manuel, de 17 años, no imaginaba que iba a liderar el ‘top’ de la excelencia de la unidad educativa ni que la ceremonia iba a ser virtual. “Esperaba un acto masivo, con mis amigos, pero la COVID-19 nos obliga a tomar precauciones”, expresó el estudiante, cuya siguiente meta es seguir la carrera de Medicina.

Otro de los homenajeados fue Jorge Flores, abanderado de la Academia Naval Altamar. Para el chico de 17 años fue una sorpresa el reconocimiento, pues la noche del lunes último se enteró que había logrado imponerse por una milésima en el puntaje general (9.966 frente a 9.965) a su más cercano competidor.

La cifra160.000 estudiantes de tercero de bachillerato, aproximadamente, participaron en el acto cívico.

Y así fue como se desarrolló el acto cívico en la ciudad. Una jornada con diversos escenarios donde primó el silencio en los hogares, para no interrumpir la ceremonia, y en la que incluso las mascotas de los homenajeados estuvieron presentes.

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Los actos se llevaron a cabo al interior de los hogares, fuera de estos, en terrazas o callejones cercanos a las viviendas.Christian Vinueza