El proyecto municipal Letras Vivas, que continúa bajo investigación de la Fiscalía por presuntas irregularidades, vuelve a ser noticia. Esta vez porque en algunas paredes donde se plasmaron las 50 frases de literatura guayaquileña se observan también grafitis y otros símbolos ajenos a la pintura original. Los garabatos ganan cada vez más espacio, ya sea a escasos metros de las obras en que se inspiraron los artistas o de las palabras.

Diario EXPRESO realizó un recorrido por los sectores donde fueron pintadas aquellas frases y evidenció que el más ‘grafiteado’ es el extracto de ‘Guayaquil, pórtico de oro’, situado en la avenida Barcelona, a la altura del puente Patria, en el suroeste de la ciudad. Allí, el fondo azul y las letras blancas contrastan con una leyenda negruzca con letras ‘patulecas’ que reza: “Flor de Bastión MAN”.

Se roba las miradas de diferentes ciudadanos, pues está en la mitad del mural. Pero no es lo único que se ha plasmado. También sobresale una figura de una bomba y una cruz, además del número 34 y el 6. Todo esto en los alrededores de la frase perteneciente a la clásica canción cuya letra fue escrita por Pablo Hanníbal Vela.

A otro mural, el de la avenida Leopoldo Carrera Calvo, en Los Ceibos, también han llegado los grafitis. Un garabato al final de la obra se vislumbra como la firma, hecha un aerosol de color negro.

El emblemático tema ‘Nuestro juramento’, interpretado por el mítico Julio Jaramillo, tampoco se salvó de los rayones. Este mural se encuentra en la autopista Terminal Terrestre-Pascuales, a la altura del puente que conecta con la José María Egas, en el norte de la ciudad. En el centro sobresalen leyendas como “LBDR” y un símbolo que siembra desconcierto.

“No sé quién haya sido el responsable, pero no es la forma de que se deterioren estos murales, que tengo entendido le costaron mucho a la ciudad. Ahora sería bueno que piensen cómo mejorarlos”, opina Carlos Pin, estudiante del sector.

Con él concuerdan los moradores y dueños de negocios de los alrededores de las obras, como Shirley Macías, del suroeste. “Tanto costó el proyecto para terminar así, con manchones. Es lamentable”.

Para la escritora Andrea Crespo, quien solicitó a la dirección de Cultura un pago de $ 1.000 por la compra de cesión de derechos de autor a los artistas vivos por el uso de sus textos, esto es consecuencia de la falta de políticas públicas que vinculen los proyectos artísticos con las comunidades.

“No existe ese pensamiento de insertar actividades de promoción lectora, creación de audiencias, y lo que vemos es pintura echada a la pared con el desenlace que esperábamos: ausencia de un programa articulador de lectura con los sectores”, argumenta Crespo, quien agrega que esto además evidencia la falta de apoyo a las bibliotecas comunitarias en el Puerto Principal.

Lamenta que el proyecto no deje los resultados esperados, pues las paredes están siendo utilizadas por la sociedad como cualquier elemento, sin importarle lo que esté allí. Y acota que esta realidad, que en vez de acercar a la ciudadanía la aleja, también ocurre en la Casa de la Cultura del Guayas y en otras instituciones culturales.

“Es lamentable todo lo que se gastó, todo lo que se pudo hacer y la corta visión con la que se sigue manejando el trabajo cultural”, señala la catedrática.

Un comentario similar tuvo la poeta Siomara España, quien no sabía que una de sus frases fue seleccionada para ser pintada en una de las paredes que conforman el proyecto. Asimismo, solicitó el pago, pero recuerda que no ha obtenido ni disculpas públicas.

Sobre los grafitis en los lienzos, considera que es el efecto de haber elaborado un trabajo que está “muy lejos de lo que realmente es un proyecto cultural”. “Lamentablemente no se vislumbra el arte en la ciudad. Tenemos casos como los maceteros o postes pintados. Pienso que se debería trabajar con los artistas en asambleas permanentes y que seamos todos convocados”, resalta España.

Añade que no es fácil leer las frases, sobre todo cuando se va en un transporte, debido a que son muy largas. Para ella, habría sido más enriquecedor que los artistas dicten talleres con las comunidades en estas zonas a donde las Letras Vivas llegaron y que ahora se conjugan con los grafitis.