La violencia de los extorsionadores de locales comerciales, conocidos como ‘vacunadores’, ya no se ejecuta solo en contra de los ciudadanos de bien, sino también entre ellos, pues ahora han empezado a disputarse los sectores que están bajo su control.

Esto fue confirmado por el jefe zonal de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased), coronel Henry Herrera, luego de que los investigadores bajo su mando lograran la detención de dos sospechosos, luego de un ataque con armas de fuego.

El hecho violento se registró la tarde del pasado viernes, en la calle Andrés Marín, entre Huancavilca y Ayacucho, un sector comercial del centro oeste de Guayaquil.

En el sitio, la colombiana Quimberly Valencia y los ecuatorianos Erwin Mejía y Gregori Acevedo fueron atacados a tiros por dos sujetos que llegaron en una motocicleta hasta el lugar donde presuntamente mantenían el dominio para el cobro de cuotas a comerciantes, por la supuesta seguridad que les brindan.

En consecuencia, los afectados resultaron con heridas y fueron llevados de urgencia a un hospital. La mujer ingresó en condiciones críticas, pero ayer su situación había mejorado, comentó el coronel Herrera. Y añadió que los dos hombres ya habían recibido el alta médica.

El jefe policial también informó que luego del atentado, agentes que se encontraban en la zona desplegaron un operativo, con persecución, que permitió la detención de los dos presuntos responsables del suceso: ambos de nacionalidad colombiana.

Los individuos fueron llevados hasta una Unidad Judicial y ayer se tenía previsto realizar una audiencia de formulación de cargos en su contra, por el delito de tentativa de asesinato.

Herrera acotó que se realizan investigaciones para establecer qué grupos operan en el sector, para trabajar en su desarticulación.

Un hombre que trabaja en el sector del suceso comentó que el objetivo de los criminales era la mujer. Sin embargo, el coronel Herrera precisó que de acuerdo a los indicios hallados, querían atacar a todos, pues los tiros fueron dirigidos a la parte baja de los cuerpos, pero la extranjera -adicionalmente- sufrió uno en el abdomen, que complicó su estado.

En el lugar de los hechos, los peritos recogieron tres indicios de proyectiles, de calibre 9 milímetros.

Quienes habitan en esta zona ya no saben qué hacer o a quién acudir para tener algo de paz. “Antes los robos eran comunes y eso ya nos tenía en alerta. Pero que los ‘vacunadores’ se apropien del área y nos pongan a todos en riesgo es temible, más que preocupante. Pedimos ayuda. Así no podemos vivir”, precisó Carolina Cortijo, habitante y comerciante del sector. (SCM)