Desembarcaron sin ningún problema. Caminaron sobre su superficie y hasta se brindó una rueda de prensa. El islote El Palmar, ubicado en la confluencia de los ríos Daule y Babahoyo que forman el Guayas, está tan consolidado que es posible hacer todo eso y más sobre él. Su base es todo el sedimento que durante más de 50 años se ha acumulado y que en varios intentos fallidos se ha querido dragar.

La prefecta del Guayas, Susana González, junto con un grupo de periodistas recorrió el área que se espera sea dragada o al menos inicie el proceso durante su gestión.

La extensión a dragar es de 480 hectáreas de donde se extraerán seis millones de toneladas métricas de sedimento, según precisó la autoridad provincial. Se prevé que los sedimentos se depositen en cuatro polígonos externos en el área norte de Durán, provincia del Guayas. La prefecta, además puntualizó, que dentro del proceso de contratación, el próximo 8 de noviembre se entregarán a la Contraloría los términos de referencia y las bases para que el organismo de control apruebe el informe previo. Según González, hasta el día 48 empresas se han inscrito en el llamamiento internacional para la licitación del dragado.

El trabajo para que la empresa que gane el proceso no será fácil. Hay varios bancos de arena que se están formando, lo que aumenta el riesgo de inundación de la ciudad de Guayaquil que está justo frente al islote. Esos arenales están ubicados en las dos cuencas del río, un problema que este Diario ha publicado en sus páginas varias veces.

Y más allá de la tierra acumulada, el proceso primero debe avanzar y llegar a buen puerto, cosa que los anteriores intentos no ha logrado. Han sido cinco desde la administración del exprefecto Jimmy Jairala. En mayo de 2016 se convocó al primer concurso que fue declarado desierto. Una segunda convocatoria bajo régimen especial recayó en la empresa China Harbour. El 13 de enero de 2017, la compañía y la Prefectura del Guayas suscribieron el acuerdo que luego terminaron por mutuo acuerdo. En diciembre de ese mismo año se convoca a un tercer concurso que también fue declarado desierto. En marzo de 2018 se convoca al cuarto concurso bajo régimen especial que recayó en el Servicio de Dragas de la Armada Nacional.

Una vez que el entonces prefecto Carlos Luis Morales asumió el cargo, una de sus primeras acciones fue terminar unilateralmente el contrato con la Armada Nacional. Luego de un proceso legal llegaron a la decisión de terminarlo por mutuo acuerdo. González asume la Prefectura y reinicia el proceso.

Después de que se firme el contrato, la empresa tiene un plazo de 90 días para traer la draga y los equipos. Se estima que el trabajo demoraría entre 24 a 30 meses. Luego se deberá contratar el mantenimiento permanente.