Entre dos y tres minutos es el tiempo promedio que toma, a los estudiantes y profesores, evacuar desde sus aulas hasta las zonas seguras de su plantel (canchas y patios), en caso de un sismo. Al menos eso fue lo que se pudo observar, este viernes 31 de enero, en varios planteles de la ciudad, durante el último simulacro del año lectivo 2019-2020, en el régimen Costa.

En el colegio fiscal Adolfo H. Simnonds, 350 estudiantes participaron del simulacro. Al sonido de las alarmas de evacuación, ellos desocuparon las aulas y en completo orden bajaron las escaleras para encontrarse en el patio. Iban cubriéndose la cabeza mientras avanzaban con la guía de los brigadistas que tiene el plantel.

En el patio se sentaron en el piso y de inmediato los profesores tomaron lista para conocer si todos habían evacuado. Uno de ellos se percató que faltaba un estudiante, por lo que de inmediato una cuadrilla de brigadistas corrió a rescatarlo.

El alumno fue traído en una camilla hasta la zona segura, donde recibió ayuda. Solo presentó rasguños en los brazos que fueron curados por maestros que han recibido cursos de primeros auxilios. También le colocaron un cuello ortopédico, por precaución.

A lo largo del año lectivo, los estudiantes, docentes, personal administrativo y de servicio, se han capacitado con instructores del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) para hacer frente a distintas emergencias, indica Nelson Loor, director distrital, quien supervisó de cerca la jornada y constató que los tiempos de reacción habían mejorado. “Al principio, el simulacro tomaba hasta doce minutos; ahora no se llega ni a cinco, con todos los elementos que hay que tomar en cuenta en el mismo”, manifestó.

Daniel Rodríguez, analista distrital de Gestión de Riesgo, destacó la predisposición de todos en estas tarea. “Eso hace que las metas trazadas se cumplan y, además, nos da una idea de cuán preparados estamos y qué cosas tenemos que corregir en el camino”, manifestó.

Jonathan Daqui, docente asignado para la preparación del simulacro, explicó que en las horas de la asignatura de Educación Física, siempre hay unos minutos para darle charlas a los estudiantes y para poner en práctica lo que ellos han aprendido sobre estas emergencia.

Mariuxi Saavedra, rectora del plantel y encarga de activar la sirena de evacuación, resaltó el entusiasmo de los estudiantes por participar en esta tarea y de ejecutar todas las indicaciones que han recibido durante el año. “A pesar de que son jóvenes, ellos actúan con responsabilidad y toman en serio las prácticas como si se tratara de un evento real”, acotó.

En otros colegios de la ciudad el panorama fue similar.

Desde el 2016, a raíz del terremoto que afectó a las provincias de Manabí y Esmeraldas, en los colegios del país se realizan simulacros de evacuación, con diferentes temáticas (sismo, incendio, terremoto, etc), con el fin de medir el poder de reacción de la comunidad educativa, ante un evento natural o siniestro.

Estas actividades, que constan en el cronograma escolar, al principio se realizaban dos veces al mes; pero desde el 2018 se las ejecuta el último viernes de cada mes, en forma simultánea, y en las diferentes jornadas que tenga cada establecimiento educativo.