Guayaquil

El espacio público se fractura ante el avance del vandalismo

El perjuicio se extiende a estatuas, viviendas o árboles. Expertos lamentan que se haya perdido el respeto al bien común. Ciudadanos solicitan más vigilancia

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Metrovía. Hay puertas automáticas en ciertas paradas de la metrovía que están dañadas, por falta de mantenimiento y porque los usuarios las violentan para ingresar sin pagar pasaje.JUAN FAUSTOS / expreso

La indiferencia del Municipio, en torno a diferentes pedidos realizados por comunidades, no solo enfurece a la ciudadanía. A esto se suma el lamento colectivo de ver cómo otros ciudadanos han convertido los elementos del mobiliario urbano, y hasta viviendas, en los nuevos blancos del vandalismo. La problemática aumenta, ya sea en barrios o ciudadelas, y alcanza incluso a los árboles, que no solo están perjudicados por podas drásticas o la plaga de la cochinilla.

Paredes garabateadas, esculturas con piezas arrancadas, al igual que afectaciones en los paraderos de buses, son otros de los daños más recientes que registra Guayaquil, una ciudad donde se hurtan cada mes 200 piezas, entre rejillas y tapas.

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A esto se suma el daño causado al sistema de transporte metrovía, con el fin de evadir el pago del pasaje.

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Daños. Los paraderos de buses también son objetos de vandalismo. Algunos tienen grafitis. Christian Vinueza

Hay quienes arriesgan su vida al caminar por el carril exclusivo para ingresar a las paradas, violentan las puertas automáticas y ponen en riesgo la integridad física de los usuarios.

Estas acciones, que constituyen daños a bienes del sector público, han sido debidamente registradas con cámaras de vigilancia. También han quedado grabadas en videos que circulan en las redes sociales, las acciones de vándalos que han ingresado a las paradas con el fin de destruirlas, incluyendo las puertas de las mismas.

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Para la enfermera Estefanía Macías, esta situación también aqueja a los parques, pero lo que más le preocupa es que sean los mismos guayaquileños quienes, con estos actos, arruinen a la ciudad. “Hay casas en Urdesa rayadas de grafitis, en los parques se llevan las bancas y cada vez se escucha que vandalizan las esculturas. Es una lástima”, se queja.

Bajo la mirada del sociólogo Carlos Tutivén, las personas que ejecutan estas acciones solo reflejan una conclusión: no tienen sentido de lo que es ciudadanía. Argumenta que esto se debe a que no comparten las áreas comunes, donde se respetan las normas de este tipo de espacios.

“Se han desestructurado en el Ecuador los mecanismos de formación ciudadana, que comienza en la escuela y en la sociabilidad, por otro lado en la calle, no entendida como espacio de nadie sino como el espacio público”, analiza el experto.

Da mucha pena ver cómo, a veces, son los propios ciudadanos quienes dañan o se roban los bienes públicos, sin percatarse de que están malgastando su propio dinero

Marcelo Ramírez, residente de la avenida Portete

El psicólogo Manuel Martínez señala que en las personas que cometen estos actos no hay un sentimiento de pertenencia a la urbe. “Lo que hace falta es educación ciudadana. Las autoridades locales deben impartir una fuerte campaña de civilización y concienciación de los deberes y derechos de los habitantes”, recomienda.

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Con él concuerda la educadora Narcisa Espinoza, quien habita en Portete y la 29, sitio donde se han robado los tachos para depositar la basura. “No había transcurrido ni una semana de haberlos colocado en la zona, cuando desaparecieron y solo quedó la estructura que los sostenía. Lo mismo pasó con el techo de una parada de buses del sector, que fue desmantelada de la noche a la mañana”, lamenta.

Algunos asientos de la metrovía están rayados por usuarios que dejan registro de su presencia con marcadores permanentes. A veces hay mensajes obscenos

Carmelina Santana, usuaria de la metrovía

La docente explica que el vándalo no tiene ninguna formación, “nadie lo ha orientado, nadie ha organizado su comportamiento y por lo tanto cree que todos están en contra de él, inclusive los monumentos y las paredes a los que tanto daño hace. Hace falta más educación ciudadana”, puntualiza.