Guayaquil

El guayaquileño clama, la Alcaldía no escucha

De Urdesa, Cumbres Bajas de Los Ceibos, Samanes envían oficios, pero no hay respuesta. Ni los concejales atienden a los ciudadanos

Cumbres Bajas
Cumbres Bajas de Los Ceibos. La zanja que atraviesa el vecindario ha dañado hasta el suelo y las paredes de algunas viviendas. 2. Urdesa.Alex Lima

Ni siquiera el hecho de que las familias estén en riesgo o de que, a gritos o con plantones, reclamen atención para no convivir más con la insalubridad, ha logrado que las promesas de la Alcaldía finalmente tomen forma, o que las autoridades se acerquen a la comunidad para ponerse en sus zapatos y entender qué está pasando.

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Hace apenas quince días, EXPRESO puso sobre la mesa la preocupación de los habitantes de la ciudadela Cumbres Bajas de Los Ceibos, que vienen solicitando (desde hace al menos tres años) la construcción de un ducto cajón que evite que las aguas del canal que atraviesa su vecindario se salgan, continúen rompiendo las aceras, generando mal olor y dando cabida a roedores y hasta delincuentes, que se hospedan en el lugar cuando el canal está seco o con poca agua.

Hace quince días el presidente del comité, Marcelo Martínez, denunció que no han sido respondidas ni sus cartas ni las quejas públicas de los vecinos, y que tampoco se han acercado a hablar con ellos los concejales, entre ellos Jorge Rodríguez, a quien mediante una carta le pidieron que los atienda. Lo único que ha hecho desde entonces el Cabildo, explica la también residente Raquel Chedraui, es enviar una brigada para preguntarles qué les molesta; situación que, a su juicio, no es otra cosa que una tomadura de pelo y falta de respeto.

“Que vengan a preguntar lo que venimos reclamando desde hace tantos años es un absurdo. Yo quisiera saber por qué la alcaldesa Cynthia Viteri no se apersona de este tema. Quisiera saber por qué nos ignora, por qué nos abandona y por qué no le importamos. Quisiera saber por qué no escucha a su ciudad. Son tantas las interrogantes que no hallan respuesta”, sentencia.

Al vecindario nadie lo ve ni lo escucha. Ni la alcaldesa, ni el vicealcalde, peor los concejales... No existimos, pese a que a gritos exponemos nuestros problemas.

Raquel Chedraui,

de Cumbres Bajas de Los Ceibos

Esa falta de acción, que ha hecho sentir a los residentes desmotivados y arrepentidos de haber “regalado” sus votos a las autoridades, es la misma que se percibe en ciudadelas como Urdesa, donde los residentes, a través de una carta enviada a la alcaldesa Viteri y con documentos que han hecho llegar también a EXPRESO, protestan por ser víctimas de la que denominan es una “negligencia municipal”, por tener que tolerar que las paredes del vecindario sean usadas para pintar murales que “atentan al derecho del buen vivir”, por el abandono de las calles llenas de cráteres y el peligro de las aceras, en las que “no se puede, sin peligro, caminar”.

Teniendo como base la Constitución y la Ley Orgánica de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización, el abogado Viterbo Zevallos, quien representa a decenas de moradores del vecindario, hace énfasis en que no ha tenido conocimiento de que el Concejo Cantonal, por ejemplo, haya realizado un concurso público para pintar los murales en el sector de Urdesa central.

Urdesa
Urdesa. En el vecindario resulta complejo caminar ante las grietas de las aceras.Alex Lima
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Que los borren, exige, y que las paredes del barrio no vuelvan a ser usadas con ese fin. “Los habitantes tenemos todo el derecho de vivir en paz (...) Las paredes están carentes de mantenimiento, lo que además de lesionar nuestros derechos del buen vivir, por su desaseo, evidencia desidia en el control de la ciudad”, alerta.

El requerimiento hecho al Cabildo (según el documento fue enviado en abril de 2021) está todavía en proceso. Y frente a ello el enfado aumenta, puesto que quedó en nada la promesa que hizo el Municipio el año anterior respecto a que se reconstruirían las calles, aceras y bordillos de avenidas como la Jorge Pérez Concha.

Me siento relegada por la alcaldesa. Vivimos sin la dignidad que merecemos, a pesar de pagar impuestos. Los míos los pagué el mismo día y por ventanilla.


Laura Gómez,

residente de Urdesa

Laura Gómez, habitante de este sector que escribió una carta a EXPRESO para evidenciar su inconformidad hacia esta administración, tilda de falsas todas las propuestas que plantea la entidad. “En Urdesa no se ha hecho nada, estamos alarmados al ver cómo la alcaldesa está dejando morir el barrio. Las aceras están rotas, los cables tocan los pisos, las áreas verdes no existen... Los guayaquileños de cepa nos sentimos relegados por la primera autoridad municipal, puesto que nuestros reclamos con firmas , fotografías, no son respondidos. Vivimos sin la dignidad que merecemos”, enfatiza Gómez, quien pide explicaciones sobre el destino que está teniendo el pago de sus impuestos. “Simplemente no veo beneficios”, lamenta.

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Por ello, este Diario solicitó una entrevista al Cabildo para hablar sobre por qué los pedidos de los ciudadanos no son escuchados, pero hasta el cierre de la presente edición no hubo respuesta. Entre los cuestionamientos estaban las problemáticas detalladas, a las que se suman las preocupaciones de moradores de la vía a la costa, Samanes 4 y el barrio Garay, cuyas solicitudes también se ‘pierden’, coinciden sus líderes.

En la vía a la costa, el reclamo se mantiene al no estar claro cuándo el Cabildo finalmente asumirá la competencia de la arteria. Hace tres semanas la ATM asumió el control del tránsito, pero como indica el residente Carlos Pástenes, miembro de la Federación de Urbanizaciones de Vía a la Costa, nadie responda por la construcción de pasos peatonales, el mantenimiento adecuado de los árboles, la ciclovía y la edificación de un parque público, hasta ahora inexistente.

Desde 2017 el rumbo de vía a la costa está en el limbo y no hay nadie que decida hacer algo de verdad. Los reclamos están, los pedidos son permanentes, aun así el sector no avanza.


Carlos Pástenes,

residente de Vía al Sol

“Aquí las áreas verdes las tenemos dentro de nuestras urbanizaciones y en buena hora es así. Sin embargo, hace falta un espacio común para los vecinos, que funcione como punto de encuentro. Todo eso es parte de una sociedad. Y sí hay espacio. Entre los kilómetros 13 y 14 hay un terreno público donde antes funcionaba una cantera, allí no hay nada. Sería perfecto para transformarlo, darle vida y fortalecer la convivencia”, propone.

A la vía a la costa le falta orden, control, parques, espacios vecinales para los niños y las mascotas. Le hace falta el desarrollo que se dice que existe y promueven.


Paúl José Palacios,

vecino de Belo Horizonte

En el sector, residentes como José Palacios, de Belo Horizonte, también cuestionan por qué debe demorar tanto tomar el control de un proceso por el que vienen clamando desde hace al menos unos cinco años. “No es nuevo esto, así como tampoco es nuevo que nos urge tener una mejor ciclovía, vías alternas de acceso y una biblioteca. ¿Por qué no pensar en el arte en una zona que se supone es la de mayor desarrollo”, se queja.

En el tradicional barrio Garay, que tiene 88 años de vida, los pedidos van direccionados al hecho de que no haya tampoco un parque en el que los niños puedan jugar, razón por la que se los ve andando en bicicleta, patinando o jugando pelota sobre las estrechas y agrietadas aceras, que tampoco han sido intervenidas desde hace décadas.

GARAY
Barrio Garay. Los baches, el estado de las aceras y la falta de un parque, son solo uno de los problemas que enfrentan.Alex Lima

Vivimos con los mismos huecos y daños en las aceras de siempre. Aquí el espacio público se ha perdido. Los proyectos buenos, largos, no llegan jamás.


Xavier Zurita,

líder del barrio Garay
SAMANES UNO  (33322325)

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Las calles con huecos, la escasa iluminación, la falta de rampas y la pérdida en sí del espacio público, coinciden las residentes Betty Morán y Clara Sánchez, son apenas algunas de las obras pendientes que falta ejecutar y que, argumentan, se promocionan solo durante la campaña electoral. Fuera de eso, advierte Morán, simplemente no hay nada. “Las obras quedan en papel o en el eco de las palabras que vocean las autoridades en las calles”.

En Samanes 4 la realidad es similar. Ni las llamadas a la Alcaldía ni los oficios enviados son suficientes para que les confirmen qué pasará con la caminera de la única área verde de la ciudadela, que cada vez se está desmoronando más.

10 años lleva Samanes 4 enviando oficios a la Alcaldía para que se rescate la zona afectada del parque.

A diario nos turnamos entre los vecinos para llamar al Cabildo y aun así no obtenemos respuesta. La indiferencia hacia el barrio es enorme. Nadie nos toma en cuenta.


Karla Maldonado,

habitante de Samanes 4

“Nosotros no sabemos ya qué más hacer. Entre los miembros del comité nos turnamos por días para insistir y obtener una respuesta, pero ya hasta las esperanzas se han perdido. Nadie está haciendo nada, peor aún los concejales. Ellos están como para un ‘reality,‘ como para un programa en el que será siempre la sociedad la afectada y vulnerada”, manifiesta.