No importa el día ni la hora. Al parque central de la ciudadela Ietel, ubicado entre las manzanas 21 y 22, en el norte de Guayaquil, prácticamente nadie quiere ingresar. El área recreativa está en un completo abandono, lleno de maleza y agua empozada, lo que ha aumentado el criadero de mosquitos pero que no ahuyentan a los consumidores de drogas, según denuncian los residentes. Las familias piden ayuda.

“Todo el tiempo hay insectos y roedores que vemos circular. En las noches, con la falta de iluminación, el escenario se agudiza. Sin embargo, todo el día el parque es igual. El área es intransitable, no nos da la bienvenida. No es apto ni para los niños ni para el adulto”, se quejó Valentina Mayor, residente hace más de 5 años en la manzana 21.

La maleza en algunas partes sobrepasa el metro de altura y los juegos infantiles son prácticamente un adorno. Debido a la situación, los padres no permiten que los menores jueguen. “Es arriesgarlos a una enfermedad, se pueden hasta cortar. Por ello, aunque no es lo más cómodo, las familias optamos por buscar áreas de distracción en otros vecindarios o espacios. Es lamentable, ¿no?”, cuestionó Mayor, madre de dos niños. Esto ha hecho que las personas usen lugares incorrectos para jugar o hacer ejercicio.