Un hombre de 74 años camina por el Parque Histórico intentando recrear cómo conoció a la que fue el amor de su vida. Emilio Gallegos, quien narra su vida en el corto, admite que le bastó solo 8 horas para saber que había conocido a la persona indicada. 

Vivía en Barcelona, pero después de perder a su esposa e hijo en un accidente de tránsito, regresó a Ecuador a cuidar de sus padres, quienes vivían en el Hogar Corazón de Jesús y que ahora es su casa también.

'Memorias de un roble', como se titula el corto, se convirtió en más que un proyecto universitario, una mensaje de vida. Se sumó como una apuesta por el cine ecuatoriano luego de que un grupo de estudiantes de la Universidad Católica de Guayaquil se animara a participar en el concurso internacional First Time Filmmaker Sessions, en el que clasificaron entre los 5 mejores, compitiendo con más de 100 trabajos a nivel mundial, en medio de la pandemia.

Asimismo, el trabajo audiovisual obtuvo un reconocimiento al mejor cortomatraje universitario documental, en la sexta edición del Festival Internacional de Cine de Guayaquil.

Cristhian Lavayen, uno de los estudiantes y el director de la obra, explica que el proyecto nació con la intención de demostrar cómo es la vida en un hospicio. "Varios adultos mayores tienen mucha independencia y se sienten felices; sin embargo la soledad no deja de estar ahí, es algo con lo que se debe lidiar en estos sitios, pero a la vez, es algo que se puede cambiar", detalla.

El cortometraje busca hacer que las personas conozcan la otra cara de los asilos, la positiva, sin dejar de resaltar la importancia de acompañar, valorar y amar a las personas mayores.

“Memorias de un Roble, así es Emilio, gracias a él, hemos logrado transmitir el mensaje que deseábamos llevar a nuestra sociedad", destaca Christian.