Ángel Alfonso Almeida Cabeza
Ángel Alfonso Almeida Cabeza el día que celebró sus 85 años de edad.Cortesía

Testimonios del Covid-19: "He buscado el cuerpo de mi padre por 13 días"

Mariana Almeida en medio de su dolor piensa en acciones que pueden hacer quienes en Guayaquil buscan el cuerpo de un familiar fallecido por coronavirus

Hace siete meses Ángel Alfonso Almeida Cabeza celebraba sus 85 años de edad, feliz de ser padre de cuatro hijas y de tener nueve nietos. Hoy su familia busca su cuerpo para darle cristiana sepultura. Él es uno de los cientos de personas que han muerto por coronavirus en Ecuador.

Familia López Sáenz, en el balcón de su vivienda, ubicada en el suburbio.

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Para ese día de la fiesta aún lo acompañaba su esposa, Amanda Martínez, con quien estuvo casado por 60 años. A Ángel le tocó despedir a su compañera de vida. Ella falleció el 29 de enero de 2020. Él hace 13 días.

Saltando a estos días, su hija Mariana lleva 13 días buscando una fórmula para encontrar el cuerpo de su papá, Ángel, un jubilado de la Superintendencia de Compañías. Ya ha ido varias veces al hospital y allí solo le han indicado que existe la opción de que otra familia se lo llevó sin darse cuenta que era el cuerpo de otra persona.

Frente a ello Mariana tomó la iniciativa de enviar un escrito a la Defensoría del Pueblo, para solicitar que esta entidad la ayude. “Además, ya es hora de formar un grupo virtual donde sea visible el número de familias que tenemos un doble dolor, la muerte del ser querido y no saber dónde está el cuerpo de la persona”.

En la historia de Ángel se puede percibir dónde están los errores y por qué se confunden los cuerpos, “los hechos apuntan a que la hoja donde se ponen los nombres tiene una pegatina muy débil que se cae”.

Mariana en su relato retrocede al viernes 3 de abril, día en que fue necesario llevar a Ángel a la emergencia del hospital Luis Vernaza. Ese día vomitaba y tenía dolores en el estómago. Días después, ya internado, se hicieron evidentes los síntomas del COVID-19. Es el único de su familia que desarrolló el coronavirus.

Ángel Alfonso Almeida Cabeza
Ángel Alfonso Almeida Cabeza en los días en que enfermó.Cortesía

Para el sábado 11 de abril, día en que fallece, Ángel estaba entubado. Pero, los hijos se enteraron del suceso el lunes 13 de abril, “y luego de que como familia estábamos inquietos por no saber nada de mi padre”, dijo Mariana.

La información les llegó, a través de medios no oficiales, y ello hizo que se movilizaran hasta el hospital, y allí confirmaron el deceso. El primer reclamo, de la familia, fue "por qué no avisaron".

Diario EXPRESO pidió al departamento de Comunicación, del hospital Luis Vernaza, su opinión sobre este caso. Pero hasta la publicación de esta información no llegó la respuesta.
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Ese día la entidad les entregó el papel del INEC y les indicaron que hicieran los trámites. Al día siguiente, el martes 14 de abril, a las 12:00, al llegar al lugar les indicaron que entren a un contenedor y saquen el cuerpo, según cuenta Mariana.

“En ese momento mi esposo e hijo fueron a comprar un trajes y mascarillas de protección, y entraron al contenedor. Le estaban entregando un cuerpo que estaba sin nombre, y por eso el nieto insistió en que comprobaran que era su abuelo. Al destapar la cara, se dieron cuenta que no era. Entonces, las personas de la morgue del hospital pidieron que regresemos al día siguiente”, dice la hija.

Mariana Almeida y Ángel Almeida
Mariana Almeida junto a su padre Ángel.Cortesía

Ya el miércoles 15 de abril les indicaron que al parecer lo habían entregado confundido a otra familia, según lo relatado por Mariana.

A partir de ese día han conversado con diferentes personas del hospital y ninguna da una solución. “Dado que no soy el único caso, porque hay cuerpos perdidos en varios hospitales de Guayaquil es importante que nos unamos para exigir que las autoridades planteen una forma de resolver este doble dolor que están provocando. Urge que se nombre a una autoridad para que converse con todos los deudos que estamos buscando a un familiar que ha fallecido”, enfatizó Mariana.

En el caso de Ángel, su familia logró hablar con la enfermera que lo atendió hasta el último momento. La enfermera les contó que días atrás, cuando no estaba entubado, era el paciente que más conversaba. “Cuando regresé al turno del 11 de abril falleció, lo limpié y lo rotulé como se debe. Pero ese mismo día en total fallecieron seis personal, es posible que en el traslado de la sala a la morgue se desprendiera el papel donde estaba el nombre del paciente”.

La historia de Ángel no es la única, en cada hospital de Guayaquil donde han estado ingresados pacientes con coronavirus existen casos de cuerpos perdidos, por eso Mariana propone formar un grupo virtual, para juntos unir fuerzas para encontrar una solución. 

Su caso ya lo conoce el Comité de la Defensa de Derechos Humanos.