“Aquí, antes de la pandemia, ya teníamos que usar mascarillas porque el olor es desagradable y nadie lo soporta”, dice indignada Rosa Salvatierra, al referirse a la contaminación del estero Mojahuevo, que atraviesa la vía principal de acceso a la parroquia Virgen de Fátima, en el cantón Yaguachi, en Guayas.

Aguas negras y desechos de todo tipo se observan desde la parte superior del puente en los alrededores de la ciudadela Iniap. Allí esta semana, decenas de personas, en su mayoría líderes barriales del sector, se reunieron para expresar con carteles su inconformidad por la contaminación del afluente y exigir atención de las autoridades municipales de Yaguachi y de la Prefectura del Guayas. “Llevamos así, conviviendo con estos malos olores, ya 25 años”, se quejan.

A este reclamo se sumó el de Johanna Cedeño, otra moradora de la zona, que, sin temor a equivocarse, advierte, le atribuye la contaminación del estero a la irresponsabilidad de personas ajenas al sector que llegan a depositar sus desechos. Además, apunta al incorrecto manejo de las aguas residuales por parte de una industria de la zona. Todo lo drenan al río, sostiene.

Viviana Olivares, presidenta del GAD Parroquial de Virgen de Fátima, niega esto último, al alegar que la Prefectura ha realizado en el sitio una serie de monitoreos y no ha encontrado proceso irregular alguno.

“Nosotros lo que queremos es que dejen de venir a arrojar sus desperdicios aquí, porque eso nos afecta. Falta control, muchísimo. No podemos vivir más así”, manifestó el ama de casa.

A Fernando Morocho, la falta de atención de las autoridades no solo le causa indignación, sino que además le genera dudas sobre qué organismo es el que debería intervenir en este caso. “En varias ocasiones ya hemos exigido ayuda al Municipio y a la Prefectura del Guayas, pero pasan las autoridades, vienen elecciones y así transcurre el tiempo y nadie soluciona nada. Quisiera que los representantes de ambas entidades se queden al menos un par de horas aquí para que constaten cómo vivimos”, expresó.

A decir de Olivares, desde que llegó a la administración de la parroquia ha emitido solicitudes a las autoridades, incluido el Ministerio de Ambiente, pero nadie le ha dado respuesta. Para ella, las aguas servidas generadas por gran parte de la población también influyen en la contaminación del estero, pues por la zona existen chancheras y negocios de comida que han improvisado tuberías que direccionan sus desperdicios hasta el afluente.

El problema se agudiza porque la base de concreto del puente que cruza por encima del estero, supera el nivel de agua del río, lo que evita que el caudal fluya porque el concreto se convierte en una barrera y toda la basura se estanca.

El alcalde de Yaguachi, Kléber Falcón, indicó que, ante la urgencia de solucionar este problema, ha hecho los acercamientos pertinentes con la concesionaria del Guayas Concegua y la Prefectura para que intervengan. “Al estar concesionada la vía principal de la parroquia, es competencia de ellos atender la solicitud de los moradores”.

La solución, a decir del funcionario, radica en la construcción adecuada de un ducto cajón que permita que el agua no se estanque más. A través de un correo electrónico, este Diario le preguntó a la Prefectura qué medidas tomarán para atender esta molestia, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.