Mesas y sillas fabricadas con madera y hierro evocan una auténtica peña bailable. En las paredes se lucen imágenes enmarcadas de populares músicos como el del Ruiseñor de América, Julio Jaramillo; Aladino o el rapero Gerardo Mejía.

Los elementos, que se conjugan con faroles y asientos donde se observa a otras figuras representativas de la ciudad, además de los escudos de Barcelona y Emelec; adornan la planta baja del tradicional bar El Colonial, fundado en 1982. El local decidió apostarle a su sello, lo guayaco, para reactivarse totalmente, tras tres años sin funcionar en este espacio (ya lo venía haciendo en la planta alta).

Su propietaria, María José Salinas, recuerda que durante los días que la COVID-19 azotó con fuerza a Guayaquil, el establecimiento, ubicado en Rocafuerte e Imbabura (zona rosa) no pudo abrir, por lo que se dedicó a vender tapabocas.

“Apuntamos a que sea la típica peña guayaquileña donde resaltar lo nuestro, por eso nos hemos reactivado y añadido los elementos de antaño”, remarca María José, mientras señala otro cuadro de la pared, el de su padre, Miguel Salinas, quien fue el fundador de El Colonial.

En la reapertura, la noche del viernes 6 de mayo, acudieron personas de todas las edades. Disfrutaron de cervezas, cocteles, piqueos y hasta se dieron tiempo para fotografiarse entre unos pintorescos sillones. 

Uno de ellos fue el bautizado como ‘De la Eterna Juventud’, que tiene la imagen del presentador Alfonso Espinoza de los Monteros. Con esto, El Colonial resurge para estimular el ocio nocturno.