Guayaquil

“La Puntilla es zona roja, que la Alcaldía lo acepte y actúe”

Los habitantes de este sector exigen protección a la autoridad.  Sienten pánico con lo ocurrido en el Buijo. No se sienten representados por los concejales

La Puntilla
Escenario. En un recorrido, ayer, apenas se vio un par de agentes de la Policía en el sector de Plaza Lagos.JUAN FAUSTOS SANDOVAL

La Puntilla tiene ahogados a sus residentes, quienes ahora sienten pánico hasta cuando salen a caminar, y lo hacen alertas, viendo a todos lados, como si estuviesen haciéndolo en un terreno minado o plagado de delincuentes. Así lo asegura Daniela Espín, quien habita en Ciudad Celeste y ha dejado de trotar fuera del perímetro de la cerca de su urbanización, tras lo ocurrido la noche del pasado 20 de mayo en el Buijo Histórico, uno de los puntos que la Alcaldía promueve como turísticos.

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En ese lugar, como lo publicó ya EXPRESO, fue asesinado a tiros en un establecimiento gastronómico Jaime Villagómez Fayad, quien trabajaba en una empresa de Telecomunicaciones, era rescatista animal y no tenía antecedentes penales; y desde entonces Espín se siente intranquila, tanto o más que otros ciudadanos, que le exigen a la Alcaldía que reaccione y no permita que La Puntilla se dañe todavía más.

“He visto al alcalde de Samborondón decir que hay camionetas, que hay botes, que hay cámaras, que todos los vecindarios están conectado al ECU-911, pero todo sigue igual. Nos siguen robando en las casas, en los espacios públicos, en las camineras y las ciclovías. Nos siguen matando y el alcalde no hace nada. Me quiero largar de La Puntilla, me fui de Guayaquil huyendo de los maleantes, pero esto está igual. No hay diferencia. La Puntilla es zona roja, que la Alcaldía lo acepte y actúe ya”, se quejó Inés Alarcón, quien habita en Entre Ríos, y relata no comer en paz ni siquiera en las plazas gastronómicas que tienen guardianía privada.

Que ya no confía en nadie, se queja. Que ahora se ve obligada a reducir todavía más el mapa de los sitios seguros en los que puede estar. “Ahora debo construir una burbuja dentro de mi burbuja. No quiero vivir así”, señaló.

Consultado sobre las medidas que la Alcaldía está tomando o tomará de forma inmediata para revertir la situación, EXPRESO solicitó una entrevista al primer edil Juan José Yúnez, pero desde el departamento de prensa informaron que emitirían un comunicado, que hasta el cierre de esta edición no llegó.

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Mientras tanto, lo que se ha visto en La Puntilla es a uno que otro patrullero rondando, incluso en El Buijo, donde la Policía se ha comprometido a instalar el botón de seguridad a las familias que allí habitan; pero nada de esto resulta suficiente para la comunidad, que exige al Municipio que capacite a los metropolitanos para que puedan usar armas no letales, pero que puedan paralizar a los delincuentes.

“La semana pasada mientras sacaba a mis perros a pasear, cerca de las 20:00 por el Parque Histórico, vi cómo dos hombres que se movilizaban en moto les quitaron las cosas a una pareja que paseaba con su bebé en un coche. Iban armados. Cerca, a unas cuadras, suelen estar los metropolitanos. De vez en cuando hay policías, pero ahora no hubo nadie. Qué desfachatez”, lamentó Tania Orejuela, quien habita por esa zona; y hace énfasis en la necesidad de que los uniformados se movilicen con gas pimienta o armas de electrochoque, y que la policía recorra el área vestida incluso de civil.

Pedido.La Puntilla exige a la Alcaldía que su personal metropolitano use armas no letales para defenderse de los asaltantes.

Habitantes como Mónica Reynoso, quien reside en la urbanización Bouganville, en cambio exigen que haya coordinación entre ambas entidades, que trabajen en proyectos conjuntos, que la Gobernación se involucre, pero a la par que la ciudadanía busque la manera de resguardarse más todavía.

“Sabemos que la seguridad no es delegable a ninguna persona, ni al guardia, ni al portero, ni a la cámara de videovigilancia. La seguridad es un tema que nos involucra a todos y frente a ello urge que nos capaciten. Nosotros no somos ciudadanos de Israel que han sido entrenados para la guerra y la defensa civil, desde que nacieron. A ese tipo de educación no tenemos acceso y nadie se ha interesado por dárnosla. Es ahí a donde deben entonces apuntar las autoridades. Si el Gobierno local y nacional no moviliza su fuerza pública, si no hace nada, pues no llegaremos a ningún lado”, piensa.

Desde El Tornero, donde residentes como Angie Lucas llevan el detalle de los repetidos robos reportados en el sector, integrado por unas 60 urbanizaciones, al menos dos colegios, una universidad y plazas comerciales; habitantes como Alberto Montalvo exhortan a que la Policía dé vida a un ente regulador que monitoree a La Puntilla.

Urge que se reúnan los alcaldes de Guayaquil, Samborondón, Daule y Durán con el presidente para que les exijan cambio en las leyes, pues de lo contrario seremos una nueva Colombia. Y es que se pueden llenar las calles de policías y pueden dotarnos de elementos disuasivos, que si las leyes no cambian y los jueces liberan a los hampones, violadores y sicarios, de nada servirán las herramientas.

Angie Lucas
habitante del sector El Tornero

“Este organismo deberá trabajar de la mano con los líderes de cada ciudadela para confirmar si se está controlando quién alquila las viviendas, quién entra y quién sale, y si se está aplicando de forma debida los filtros de seguridad, cuyas fugas son evidentes. Esa comunicación debe ser directa y permanente”, asegura Montalvo; al coincidir con Reynoso, que pide que desde la Municipalidad, al menos una vez por semana, se analice qué está pasando: cuáles son los puntos críticos, qué falló, hacia dónde deben ir destinados los refuerzos.

Las administraciones deben ser minuciosas al alquilar las viviendas; y sobre ellas debe estar un ente adicional, que corrobore que se están cumpliendo las medidas. Algo fundamental además, es que se implementen las cámaras con reconocimiento facial. Esas serían del gran ayuda.


Alberto Montalvo
residente
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Sonia Lascano, de Ciudad Celeste, como la mayoría, dice estar decepcionada de los concejales que los representan. “Nadie hace nada al respecto, por lo visto lo ocurrido fue una balancear más. En alguna ocasión, el alcalde Yúnez dijo que la cercanía con Guayaquil, Durán y La Aurora (Daule), donde se han cometido ya varios sicariatos, ha influido en esta percepción, según él, de inseguridad. Pero si es así, ¿por qué no se reúne ya con los alcaldes? Si cree que por ahí estamos siendo vulnerados, ¿por qué no trabaja de la mano con ellos para entre todos resguardar al Gran Guayaquil? ¿Acaso quiere que maten a otra persona más? ¿No le da pena lo que pasó con Jaime? Pienso en su familia, en su novia y se rompe el corazón”, señaló.

Ayer, durante el informe de su primer año de gestión, el presidente Guillermo Lasso, se refirió al asesinato de Villagómez, de 34 años. El mandatario sostuvo que está dispuesto a buscar a los culpables y que a estos se les haga pagar la pena máxima posible.

Pero para los ciudadanos, estas acciones no mejoran el panorama. “En La Puntilla, en el Buijo, en Guayaquil, viven en zozobra con lo ocurrido. Es tal el miedo, que existe entre la comunidad hasta duda de que el asesinato se dio al azar, como prueba de los llamados gatilleros, quienes son aspirantes para pertenecer a bandas delincuenciales. Sea cierto o no, lo real es que se vive con terror. ¿Es vida eso? ¿Es justo? No, claro que no”, argumenta el ciudadano Sammy Macías. 

Si antes vivir en La Puntilla era sinónimo de seguridad y prestigio, ya no lo es más. La delincuencia está dando un mensaje claro: ellos están para hacer y deshacer.

Sammy Macías
ciudadano