Murales que muestran frescura y contrastan el gris que tiene el balneario, se observan hoy en la zona turística de Ballenita (Santa Elena), donde por años las familias han pedido sombra, atracciones que sirvan de imán al turista y vida. Hoy, al menos uno de estos puntos ha sido tomado en cuenta, pero por la sociedad, que no va a esperar más a que la Alcaldía los tome en cuenta.

Las pinturas son parte de un proyecto liderado por un grupo de ciudadanos que ha empezado a intervenir y a darle una imagen distinta a las viviendas levantadas en las calles principales de Lomas de Ballenita, del centro y del sector de Pico Loco.

“Todo está quedando hermoso. En buena hora los propietarios de las casas accedieron a que plasmemos los lienzos. Es tal la apertura que hay quienes nos han permitido intervenir las dos plantas de sus viviendas. Estamos felices”, comentó la activista cultural Fabiola González, quien está al frente de la idea.

‘Ballenita se pone bonita’ fue el nombre con el que bautizaron el programa, que entre sus normas tiene la de no aceptar contribuciones políticas de ningún tipo.

Cecilia Rugel es habitante de la localidad y al observar el empuje de los artistas, entre los que constan ocho que son de otras ciudades del país, se unió al grupo. “El impacto visual es impresionante, lamentablemente, el presupuesto económico no alcanza para cubrir todos los sectores y por eso lo estamos haciendo por áreas”, expresó.

La mayoría de los cuadros están relacionados con la vida marina y al entorno que tiene el balneario y sus tradiciones. “En ellos está la identidad de Ballenita y, más aún, está el corazón de la gente que hoy ha facilitado el cambio”, manifestó el empresario Douglas Dillón.

Para residentes como Leonela Morante y Claudia Cedillo, a las autoridades les debería dar vergüenza ver como la ciudadanía tiene como prioridad rescatar la localidad, que es lo que a ellos, “por ley”, les corresponde. “Aquí hay tanto por hacer. Hay carencias, polvo, baches, rutas que no permiten caminar, hay monte, hay selva. Hay abandono”, aseguró Cedillo, quien ve con satisfacción como a través de los colores los vecindarios han vuelto a estar en el mapa del paseo familiar.

“Apenas son algunas casas las ya intervenidas y vemos como hay visitantes que en ellas se fotografían, lo que a futuro puede incentivar al turismo. Si más personas llegan o si se interesan en nuestros rincones, lo ideal sería que entonces el Cabildo decida dar la mano, ya sea colocando faroles, construyendo pequeños malecones, glorietas o instalando al menos bancas que den cabida a la convivencia. Ballenita necesita ser rescatada. El gran paso, el más importante, lo ha dado ya su gente”, agregó la guayaquileña Romina Vela, quien tiene en Lomas de Ballenita una casa para vacacionar. JL