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Multas. En el centro de la urbe los conductores son multados por estacionar a doble columna.Christian Vásconez / Expreso

Al centro entran 195.000 autos diarios y hay 7.200 parqueos

Para la ATM, la solución no es ampliar estacionamientos sino incentivar el uso del transporte público.

¡Pum, pum! Aceleraba, rodaba unos centímetros y el contacto con el carro de enfrente lo hacía frenar de golpe. Daba retro, rodaba otros centímetros y volvía a chocar con el carro de atrás. Cada vez que el franelero movía un auto gris para tratar de parquearlo, este se impactaba contra los vehículos que lo rodeaban.

Mario Suárez miraba la hazaña desde lejos, la mañana calurosa del miércoles 4 de diciembre. El oficinista meneaba la cabeza, espantado. Parecía imposible aparcar en aquel espacio diminuto sobre la Clemente Ballén, pero el cuidador informal lo consiguió. 

“No queda de otra. Parquear en el centro, peor en diciembre, es como sacarse la lotería”, bromea, pero tiene razón. El centro de Guayaquil es una fiesta estridente de bocinas, gritos y falta de espacio.

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Combinar las palabras ‘diciembre’ y ‘parqueos en el centro’ lo horroriza tanto como la forma de ‘encajar’ los carros del franelero. Los 150.000 vehículos que a diario ingresan al centro se transforman en 195.000 en este mes, para una zona donde solo hay 7.200 estacionamientos.

Son 2.200 parqueaderos públicos tarifados en áreas regeneradas (Malecón Simón Bolívar, Plaza Rodolfo Baquerizo, Puente Velero y Plaza La Bota), 3.800 en la vía pública y 1.200 privados, en edificios.

Sin embargo, para Fernando Navas, director de Planificación de Tránsito de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), la solución para apaciguar al ‘monstruo’ en el que se convierte el tráfico en el centro no es aumentar la capacidad de parqueos, sino la colaboración ciudadana para que opte por otras alternativas al vehículo particular, como el transporte público. 

Para que esto sea viable, apunta la doctora en Urbanismo Marcela Blacio, hay que reestructurar los recorridos que actualmente tiene la Metrovía y los buses urbanos. “Todos pasan por el malecón”, apunta.

Para la también docente y exdecana de la facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil, el problema de los parqueos está ligado con otros serios inconvenientes que deprimen al centro por las noches y lo convierten en intransitable por el día. Que lo han deshabitado.

Para ella, el propio diseño concebido del Malecón Simón Bolívar ha impedido la potenciación del centro. “El ruido, el ajetreo y la falta de parqueo es lo que motiva a que la gente se aleje de allí. A veces, quienes todavía viven allí deben esperar dos horas a que se calme el tráfico para entrar a su hogar”, lamenta.

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Saturación. Los parqueaderos públicos están saturados en el centro de la ciudad.Christian Vásconez / Expreso

La solución, para la arquitecta y como ya lo ha publicado EXPRESO, es idear planes para devolver la habitabilidad e invitar a que la zona sea transitable. “Ahora es una zona densa, solo poblada por vehículos”.

Y Navas sabe que esta densidad aumenta en un 30 % durante la época navideña. Desde la ATM, resume, hay planes a corto y largo plazo, que no incluyen ampliar los parqueos. El cercano, que ya se ejecutó el pasado 4 de diciembre, fue aumentar el número de agentes de control de tránsito de 400 a 500, quienes pulularán en las calles céntricas tratando de evitar los embotellamientos.

Además, habrá un cambio de recorrido de buses. “Se programa el cierre de la calle Colón. Ya no será de dos sentidos, sino de uno, hacia el oeste. Esto obliga a que los buses vayan hacia Malecón”, explica Fernando Amador, director de Transporte Público de ATM.

Pero este cambio se aplicará únicamente en diciembre. Los problemas por la falta de estacionamientos y la congestión vehicular continúan el resto del año. Aunque para el arquitecto y urbanista Humberto Plaza, el problema se limita solo de 08:00 a 19:00. Luego, en el centro hay desolación e inseguridad. “Se transforma en un lugar fantasma”.

Plaza no coincide con Navas. Al contrario, considera que sí es necesario ampliar parqueos en el centro, pero en una periferia no muy lejana, para que los usuarios puedan movilizarse a pie o en medios de transporte hiperlocales.

“Para esto, se requiere peatonalizar algunas calles. Motivar a los usuarios a que dejen sus carros en los estacionamientos periféricos, y puedan tomar un vehículo más amigable que los buses para la zona, como un tranvía, que hasta puede resultar turístico”, propone.

Apoya la teoría de Blacio de que evaporar la problemática del centro en cuanto al tránsito, requiere de una planificación macro y no de ‘parches’.

También cree que es posible ocupar los solares vacíos, en una alianza público-privada, y esto indirectamente volvería más atractiva a la infraestructura vacía que se subutiliza.

Freddy Sohos administra un parqueadero privado con capacidad para 23 vehículos en Luque y Chimborazo. Al día, alberga 100 automotores, calcula. Pero, sin pensarlo dos veces, cree que esa cifra se multiplicaría si hubiese más espacios como el suyo.

Entre los proyectos a largo plazo estipulados en el Plan de Movilidad de la ATM, está el implementar el sistema de parqueo tarifado, es decir parquímetros como en la Kennedy, Urdesa y Alborada, que aún no tienen un estudio que compruebe su efectividad. “El próximo año tenemos que analizar los beneficios de los parquímetros que están funcionando en Guayaquil, y una vez verificados sus beneficios se pueden implementar en las siguientes áreas”, menciona.

Aunque sea un proyecto que empezará a planificarse el próximo año, Nelson Guim, presidente del Comité Cívico Procentro, cree que hay tiempo para repensar su implementación.

Apoya la idea del sistema tarifado de límite de tiempo, pero con otro tipo de infraestructuras más modernas. “Hay unas máquinas dispensadoras de tiques que se pueden colocar en las esquinas”, sugiere. El dirigente también considera que la solución es aumentar parqueos, hasta que mejore el sistema de transportación público.

Patricia Cárdenas trabaja en 10 de Agosto y Lorenzo de Garaycoa desde hace 16 años. Ve difícil, si no aumentan estacionamientos, que el problema se solucione. Hace pocos días vio cómo frente a su local tumbaban una señal de discapacitados, para poder parquear otros vehículos.

“Estacionar en el centro es una pelea constante”, comenta Suárez, hipnotizado aún por la forma de parquear del franelero de la Clemente Ballén, que parece jugar a los ‘carritos chocones’ en pleno centro de Guayaquil.