Ganar cinco mil dólares como premio al barrio más bonito de Milagro, no fue nuevo para las 63 familias que integran la ciudadela Las Violetas, ubicada en el norte del cantón. Es la segunda vez que obtienen ese título, aparte tienen un galardón por haber construido el pesebre más grande. Sin embargo, la falta de obras municipales no permite ver reflejada esa unión y esfuerzo.

Los moradores de las tres calles que comprenden esta ciudadela que tiene 22 años de vida se unen para adecentar sus frenteras, pintar las fachadas y emular, en algunos casos, monumentos reconocidos en la ciudad. Para ello, usan troncos de madera y neumáticos que ya no sirven y son donados por la misma comunidad.

El dinero que reciben como premio, según explica la presidenta del vecindario, Katty Peñafiel, se ve revertido en las mejoras del sector, en la casa comunal y en pequeños incentivos económicos para los moradores.

Sin embargo, todo ese colorido panorama, con adornos festivos y casas llenas de plantas y césped, que han servido incluso de ejemplo para otras comunidades, que prevén organizarse de la misma manera; es opacado por el pésimo estado de sus calles. Y es que en lugar, hay decenas de huecos, y además faltan veredas, aceras e incluso rampas que faciliten la movilidad a los adultos mayores o ciudadanos con discapacidad.

“En verano nos afecta el polvo, pero ahora que empiezan a registrarse las primeras lluvias, nos afectará el lodo”, contó la dirigente, mientras regaba las plantas afuera de su casa, en la que todavía permanecen ciertos adornos navideños.

Peñafiel recuerda que cuando llegó al sector, la maleza superaba el metro y medio de altura, y asimismo los predios abandonados no eran más que focos de inseguridad e insalubridad. Con el pasar del tiempo, las familias decidieron convertir su vecindario en un espacio amigable. Así, empezaron a llenar de piedras de colores las villas y las camineras que los rodean, y hasta construyeron una especie de pileta con plantas y un mural. Este último, el sitio donde celebran fechas especiales.

Para Silvia Muñoz, también residente, urge que las calles sean intervenidas, puesto que conviven con el problema hace años. “Aquí las autoridades tienen algunas deudas todavía con nosotros. No tenemos, por ejemplo, alcantarillado; tampoco parque, una cancha o un sitio de entretenimiento. De hecho, para jugar los niños tienen que hacerlo en la ciudadela vecina, donde sí hay un área de juego. Aún así, lo que más nos preocupa hoy son las vías”, dijo.

Consultado el Municipio acerca de cuándo empezarán a ejecutar estas obras, a través de la dirección de comunicación, informó que dentro de la planificación anual pasada estaba proyectada la pavimentación. Pero con la pandemia, todo se atrasó. “Es así que las aceras, bordillos y cunetas, así como las vías, serán intervenidas a mitad de este año”, publicó.

Frente a esta promesa, la comunidad espera que se cumpla; puesto que si bien no se reportan tantos delitos, en comparación a otros sectores; por el estado en el que se encuentran las arterias, más de un conductor, al bajar la velocidad para no estropear su auto, sí ha terminado siendo víctima del hampa.

A conductores como César Delgado y Wladimir Páez, les preocupa esta situación, sobre todo por la llegada del invierno. “Este será otro año más con huecos y lodo, otro año más de inseguridad, y frente a un barrio lleno de brillo. Es lamentable que la ayuda de las autoridades no sea un incentivo más para unirse y luchar por la comunidad. Ojalá el trabajo llegue...”, sentenció Páez.