Es rápido. En unos 10 segundos se acercan al bus, le dan información del recorrido al conductor y vuelven a su improvisada oficina, la acera. Así es como trabajan los denominados ‘tarjeteros’ o controladores, quienes toman el tiempo en que las unidades de transporte urbano de Guayaquil cumplen con sus rutas.

Procuran hacerlo sin llamar la atención. Se visten discretos, con jean, camiseta y gorra, pero su comportamiento revela lo que realizan.

Cargan una libreta y un esfero. Están parados o sentados en una esquina. Observan las líneas que pasan, anotan y están atentos al momento en que se aproximan los vehículos con los que trabajan.

En un recorrido que realizó Diario EXPRESO notó que esta situación ocurre en las calles Emma Ortiz Bermeo y Justino Cornejo, fuera del parque Japonés, de la ciudadela Kennedy, ubicado al norte de la ciudad.

Allí, dos ciudadanos estaban pendientes de cada vez que pasaban, principalmente, unidades de la línea 83. Se negaron a hablar. Al marcharse, uno de ellos confesó que laboran solos y no para las cooperativas.

Se fueron unos minutos y luego volvieron para repetir la escena. Dialogan con los choferes y, en ocasiones, se intercambian algo entre manos.

Esa información del tiempo que cumplen los buses durante sus recorridos pueden provocar competencia entre conductores, lo que se traduce en exceso de velocidad para evitar multas por llegar atrasado en los recorridos.

Aunque son acciones rápidas, estas igual provocan aglomeración de vehículos que hacen pesado el tránsito. Las unidades que circulan por la Emma Ortiz Bermeo, antes de virar hacia la Justino Cornejo, paran esos segundos para hacer la ‘vuelta’.

Ese punto es frecuentado por usuarios quienes esperan abordar los buses. Mientras el conductor interactúa con el ‘tarjetero’ va cobrando el pasaje, ganándose fuertes pitadas de los vehículos que tiene detrás.

Su presencia también se registra en la calle Alfredo Baquerizo Moreno, en el cruce hacia Loja. Ahí dos hombres suelen aproximarse a la ventana de los choferes, especialmente de la línea 131. Allí hay un paradero y un semáforo. Por eso los buses se detienen, facilitando la actividad del dúo.

Doris Tierra, gerente de la cooperativa que conforman los buses de la 131, aseguró que entre su personal no tienen a ‘tarjeteros’, pues eso es prohibido.

Además, mostró un sistema digital al que tiene acceso mediante una aplicación en su celular, que detalla la ubicación en tiempo real de cada unidad, su velocidad, entre otros datos.

“Tenemos contratos con proveedores satelitales, que van unidos a una plataforma que provee la Autoridad de Tránsito y Movilidad (ATM). Inclusive los usuarios tienen acceso, se llama Moovit”, dijo.

Tierra aseveró que indagará qué personas están en esta actividad y qué servicio específico ofrecen. “No tenemos personas de la institución haciendo eso fuera”, recalcó.

EXPRESO buscó la versión de los directivos de la línea 83, pero no estaban presentes en la oficina de la cooperativa en ese momento.

Sobre este tema, Fernando Amador, director de transporte de la ATM, informó que los buses son rastreados por GPS desde 2017 para detectar y sancionar infracciones, dejando obsoleta la función de los ‘tarjeteros’.

“La afectación principal que había era sobre los excesos de velocidad que hacían los conductores en un afán por completar el recorrido en el tiempo correcto”, recordó.

El funcionario acotó que podría haber estos controladores y que esta práctica sea influenciada por la falta de pasajeros, pero, según dijo, no han detectado casos.

“Esperamos que se vaya regularizando la asistencia de usuarios debido a las campañas de vacunación”, concluyó.