Comercio informal
En los exteriores del centro comercial Plaza Mayor, este es el ambiente que se vive a diario. En el sitio, pese a los operativos municipales que se han hecho, los comerciantes no se retiran.JUAN FAUSTOS SANDOVAL

Comercio informal: La bahía de la Alborada

Este tipo de ventas se ha extendido por varios puntos del barrio.  Residentes exigen la misma intervención que hubo hace poco en el centro

No es el único punto donde se asientan, sin embargo, sí es el más evidente. En los exteriores del centro comercial Plaza Mayor, en la Alborada, decenas de comerciantes informales se han apoderado de los casi 230 metros de extensión que tiene el lugar para convertirlo en lo que más de un residente denomina -y no con gracia- como la bahía del norte.

Barrio Guayaquil

“Rescatemos el latido humano con el comercio del barrio”

Leer más

La situación se complica porque desde que los operativos municipales de control se intensificaron en el centro, para mantener al sector libre de ambulantes y aglomeraciones; hay quienes se han desplazado a este punto del norte para continuar con las ventas. Situación que ha multiplicado las quejas entre los residentes.

Gustavo Arellano vive hace 35 años en la cuarta etapa de este vecindario y lamenta ver como aquellas veredas por las que antes podía caminar con tranquilidad; ahora están abarrotadas de mercadería que permanece esparcida sobre el piso y pedazos de cartón, o cuelga de pequeños tendederos improvisados en los postes.

UrbanismoEn la era posCOVID, urbanistas consultados por este Diario han sugerido darle más valor al comercio de barrio, incluido al informal; siempre que exista orden y se respeten los espacios públicos para la comunidad.
LETREROS LA ALBORADA

JC Decaux retira el letrero de la Alborada que obstaculizaba a los peatones

Leer más

Hasta hace 10 años o menos, recuerda Arellano, él se desplazaba por la avenida Rodolfo Baquerizo Nazur, entre las calles José María Egas y Segundo Cueva Celi, donde se encuentra el mall, y podía detenerse a mirar las tradicionales esculturas que adornan el centro comercial. “No había nada que me apurara, salvo los típicos bocinazos de los autos...”, agrega. Ahora, lo único que intenta es pasar rápido por este lugar en el que los juguetes, las pijamas, las pilas, los celulares y zapatos..., se mezclan con los vendedores, compradores y usuarios que, en la misma cuadra, hacen fila para ingresar al banco, un supermercado y un gimnasio.

Foto de Sistema Granas(32856528)
Cada metro de los exteriores del centro comercial Plaza Mayor, permanece lleno de comerciantes ambulantes.JUAN FAUSTOS SANDOVAL

“Aunque esta semana efectivamente he visto más comerciantes, no son ellos los causantes de nuestra molestia, porque esta empezó a incrementarse hace un año que, a vista de todos, empezaron a instalarse”, sentencia Anabelle Caicedo, quien habita a dos cuadras de Plaza Mayor, en plena avenida José María Egas; donde también hay desde vendedores de frutas y verduras hasta de calzado y almuerzos.

alborada

El Municipio de Guayaquil licita obras que se realizarán en la Alborada

Leer más

El pasado martes y ayer, en diferentes horarios, EXPRESO hizo un recorrido por ese sector para confirmar si existe algún horario en el que este tipo de actividad se reduce, pero la respuesta fue negativa. De 08:30 a 19:00, los informales permanecen voceando sus artículos, y no solo en este punto, sino al pie de la parroquia Nuestra Señora de la Alborada, donde venden hasta incienso y todo tipo de hierbas medicinales; cerca del centro comercial Albocentro y en sí en toda la avenida Rodolfo Baquerizo Nazur, hasta su intersección con la Francisco de Orellana.

“La Alborada se está convirtiendo en un mercadillo y no es eso lo que queremos. ¿Por qué nos cuesta tanto vivir en orden?”, cuestiona la residente Adela Morán, de 61 años, quien hace un llamado a que el Municipio de Guayaquil extienda los controles a este barrio del norte.

informalidad Sauces
En los parterres de las ciudadelas del norte de la ciudad, es común ver escenas como las que se muestra en la imagen.JUAN FAUSTOS SANDOVAL

Para ella, si bien este tipo de comercio ayudó en épocas de pandemia, es necesario regularlo, sobre todo por las aglomeraciones que genera. “Ahora que la gente sale más, estos ambientes al aire libre también se llenan. ¿Por qué no pensar en fijarles un espacio en el norte solo para que vendan? Eso dejaría las calles limpias, con amplitud para circular, y nos daría la opción de comprarles, pero en orden”, piensa.

Cruzar la vereda de Plaza Mayor es una tarea titánica. Debes tener movilidad en tus piernas al 100 %, pues de lo contrario, no podrán sortear todo lo que está en el suelo. No pasarán nunca.

Patty Pico,
trabaja en Sauces 1
carros robo parqueaderos

Estos son los carros que más se roban en Guayaquil

Leer más

En varias ocasiones este Diario ha detallado, a través de sus páginas, cada una de las trabas que deben afrontar al momento de circular por las calles de Guayaquil las personas con discapacidad o con dificultades para caminar. La falta de espacio en las veredas ha sido siempre uno de los principales. Y es por eso que habitantes como Sonia Llerena coinciden en la idea de que los reubiquen.

“Ya tenemos suficiente con el mobiliario urbano que se ha colocado de forma incorrecta en los parterres y veredas. ¿Se imaginan cómo sería la Alborada sin tanto desorden?”, piensa; al tiempo que Adrián Poma, habitante de Sauces IX, solicita que las autoridades miren también hacia su barrio.

informalidad Sauces
Sauces. Frente al mercado de Sauces IX, el comercio informal se ve reflejado hasta en los espacios que eran utilizados como paradas de buses.JUAN FAUSTOS SANDOVAL
bahia

“Por fin el Municipio ejecutó el pedido que hacíamos cada año para sacar a los informales”

Leer más

Y es que allí, al frente del mercado principal del vecindario, los jardines públicos se convierten incluso en ferias de comida y los paraderos de buses en desuso, de exhibidores de ropa.

Sobre esta situación, EXPRESO consultó al vicealcalde de la ciudad, Josué Sánchez, sobre las medidas que se tomarán en el norte, y advirtió que además de operativos, se destinarán áreas para que, como con los comerciantes informales de la bahía, estos puedan expender sus productos.

“Queremos apoyarlos, pero para esto las personas deben decidir ser comerciantes formales. Entre la actual y anterior administración, hemos formalizado ya 36.000 puestos. Guayaquil no puede regresar al desorden, no puede regresar al caos. En los nuevos mercados que estamos construyendo, habrá 1.000 puestos para los que quieran formalizar su trabajo y ocuparlo”, añadió.

  • La contaminación auditiva, otra molestia
EhkC1zqWkAAMBsd

Guayaquil pasa de prohibir reuniones en casa a, como antes, regular el ruido en estas

Leer más

Para los habitantes consultados, ordenar las calles de este vecindario del norte, permitirá devolverle su brillo e importancia. William Villacís Villacís habita en el sector desde 1981 y tiene claro que la avenida Rodolfo Baquerizo Nazur, así como fue llenándose de comercios formales (desde centros de abastos, restaurantes, mueblerías, boutiques, bancos, clínicas e  incluso la Iglesia que, hace énfasis, fue visitada por el Papa Juan Pablo II cuando llegó al país); también se convirtió en el sitio apetecido por comerciantes informales, que se adueñaron "del casi nada espacio de acera para uso exclusivo de los peatones".

Hoy, atreverse a cruzar la vereda de Plaza Mayor 1 y 2 es una tarea titánica, explica. "Debes tener al 100 % movilidad en tus piernas para evitar pisar lo que encuentran es el piso. Uno debe de estar atento a todo, pues hasta la ropa de los peatones puede enredarse con las antenas y artículos que están a la venta...". A este suplicio, como lo denomina, Villacís agrega la contaminación ambiental que la informalidad genera.

Acabar con el secuestro de las veredas, le costó tanto a León Febres Cordero y a su sucesor, Jaime Nebot , como para que esta nueva Alcaldía permita que Guayaquil vuelva a ser parcelada por "emprendedores" que repito, se cobijan bajo el manto del derecho al libre trabajo, pero pisoteando los derechos de los demás. De la comunidad. No es justo.

William Villacís Villacís, 
​vive en la Alborada desde 1981
Medición. El sonómetro marca más de 80 dB en el centro de la ciudad.

Un enemigo nada silencioso

Leer más

"Hay días en que la música está a todo volumen para atraer a la gente, a veces hay parlantes, la gente grita en todos lados... La paz que teníamos antes se ha esfumado", piensa. 

Como él piensa Claudia Ortiz, también residente, quien coincide en el hecho de que haya más control municipal para recuperar el área y terminar con el bullicio. "En este punto de la Alborada se vive una "fiesta permanente". Una fiesta de descontrol, desobediencia e irrespeto para el prójimo...", piensa.