Cuando los habitantes de Colinas del Bosque se mudaron, desde 2016, a cada una de las 30 casas que tiene esa urbanización del kilómetro 10 de vía a la costa, creyeron que se alejarían de ciertos problemas. Era una apuesta a ganar, un sentir que conseguirían paz y, sobre todo, distancia de la contaminación, pero sus expectativas chocaron con las heces de todos sus vecinos, a la entrada de ese lugar residencial.

La planta de tratamiento de aguas residuales allí construida, por la compañía Codemet, presidida por Fernando Idrovo Triviño, a pedido de la constructora de la urbanización, Inmocost, cuyo representante es Alberto Valverde Farfán, ha fallado desde entonces.

Cuando este Diario visitó el lugar, un riachuelo de aguas negruzcas desfilaba frente al terreno adjunto, de propiedad de Mirna Minuche, quien ha hecho varios llamados a autoridades municipales, judiciales y ambientales por ese tema, y por la intención de Interagua de instalar un colector de descarga desde la urbanización.

Codemet explicó a este Diario que la planta se diseñó en 2014 e Interagua la aprobó en 2015. Aseguró que el sistema, diseñado por la compañía, responde a las necesidades totales del proyecto Colinas del Bosque. El sistema entró en operación el 21 junio 2016 y fue operado por Codemet hasta el 12 junio 2018, “tiempo durante el cual tuvo el desempeño previsto, registrándose un efluente apto para su evacuación al ambiente”, aseguró.

Existe un ofrecimiento de entrevista de Inmocost, en el que se pretende explicar por qué falla el sistema ahora. Gina Cedeño, moradora, representante de la administración de la urbanización y vocera de la directiva del comité de residentes, sostiene que la situación actual es insoportable y, al contrario de lo que dice Codemet, asegura que el problema tiene al menos cinco años.

“La ciudadela es pequeña. Apenas hay 27 familias y tres casas sin habitar, dos en alquiler y una en venta (esta última está a la entrada, frente a la planta de tratamiento). Desde que llegamos, esto ha sido insoportable. Hoy sabemos, por informes, que el trabajo está inconcluso, que se usaron bombas no adecuadas y que la planta no abastece”, cuenta.

La semana pasada fue noticia el inicio de un proceso sancionatorio contra Interagua por mal manejo de aguas residuales. El problema deja huella en el olfato de quienes rodean las plantas del norte de Guayaquil. En vía a la costa, el caso de Colinas del Bosque es similar.

Los vecinos no solo se quejan por los constantes derrames de aguas negras, también por la pestilencia. “De lo que hemos podido conocer, Interagua dio 60 días para que entreguen la planta óptima”, narra.

La concesionaria no refiere nada en torno a esa declaración. Su vocera, Ilfn Forsheim, dijo a EXPRESO que ahora mismo en la zona exterior de la urbanización se implementa un colector de aguas lluvias, “necesario en el sector para el desfogue de la época invernal”.

“El sector comenzó a tener afectaciones de anegamientos luego de la ejecución del gasoducto. No son aguas servidas, sino un colector de aguas lluvias”, precisó.

Eso, sin embargo, no está del todo claro. En un oficio fechado el 10 de febrero de 2020 se hace referencia a un documento dirigido a la Dirección Regional de Control de Hidrocarburos y Combustibles (responsable del gasoducto) donde Interagua hace la solicitud de autorización para la instalación de un tramo de colector que “permita descargar los efluentes tratados desde la urbanización colinas del Bosque”.

El destino de estas aguas “tratadas” (aunque no se especifica que con una planta de tratamiento defectuosa), sería el estero ubicado a 200 metros. La entidad de Hidrocarburos especifica que Interagua deberá realizar permanentemente toma de muestras al efluente proveniente de este colector.

Interagua aún no explica si tiene conocimiento de que la planta está defectuosa ni qué tipo de control realizará para asegurar que las aguas negras que irán al colector estarán, como asegura en los oficios, tratada de forma adecuada. En cambio, se mantiene en que se trata de aguas lluvias.

La administración, sin embargo, sí afirma conocer un informe que hizo sobre la planta esta entidad. “Las bombas no son las que deberían. Las mallas tampoco. Estamos en la mitad de ese escenario”, dijo la representante de los moradores de Colinas del Bosque.

Mirna Minuche, propietaria del terreno adjunto, por donde está previsto que pase el recolector de efluentes tratados y donde ahora hay un arroyo de aguas negras, ha hecho un llamado de atención a las autoridades ambientales.

En su terreno, además de olores, ha hallado hasta ratas. “Cuando denuncié en Twitter, a mediados de julio, trajeron maquinaria de Interagua, destruyeron mi césped y los cercos de piedra de linderos laterales. Pretendían realizar una zanja para colocar, por la mitad de nuestro terreno, una tubería que lleve las aguas servidas desde el colector de Colinas del Bosque hacia el riachuelo de aguas lluvias, que bajan de los cerros en época invernal, que es utilizado como balneario natural y que atraviesa, por debajo la carretera, y desemboca en el Salado, en el sector de Puerto Azul”, aseguró en un oficio a Ambiente.

Interagua debe explicar detalles de este hecho y de por qué los oficios sobre el colector fechados en julio 2021 tratan la obra solo como “colector de aguas lluvias” y omiten los términos “efluentes tratados”.

El caso ya tiene una medida cautelar constitucional para conseguir la suspensión de los trabajos, que fue concedida. También existe una denuncia en la Dirección de Ambiente del Municipio, en la Comisaría de Ambiente; pero sin ningún resultado. De allí que Minuche haya solicitado la intervención del Gobierno, a través del Ministerio del Ambiente.

“Es falso que se trate de aguas lluvias, inexistentes en época seca, o de ‘aguas tratadas’, porque es público que la planta está dañada, es insuficiente y no funciona desde los inicios de la urbanización”, dice esta moradora.