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Édgar Landívar, Vicente Adum y Ronny Torres detallan el avance del proyecto de diseño y producción de 200 respiradores artificiales, que prevén concluir en dos semanas.JIMMY NEGRETE

200 respiradores artificiales 'made in Guayaquil', en el horno

El aporte de entidades y profesionales concretará en dos semanas una idea solidaria surgida en los días críticos en la ciudad por la Covid-19. 

Un proyecto local de creación y fabricación de 200 respiradores artificiales está a dos semanas de cumplir la meta que lo impulsó: ser entregados de manera gratuita a hospitales del país, que atienden a pacientes graves que requieren de ellos para salvar sus vidas.

La pandemia causada por el SARS-Cov-2 tiene entre sus principales efectos una neumonía y la consecuente dificultad para respirar por el daño que sufren los pulmones, por lo que los pacientes requieren de este tipo de ayudas externas.

En los días más graves de la enfermedad en Guayaquil, en marzo y abril pasados, el escaso número de estos equipos en hospitales y clínicas de la ciudad impidió ayudar de manera oportuna a muchos pacientes.

Por ello, como informara este Diario en abril, un grupo de entidades, profesionales y voluntarios conformó un equipo interdisciplinario para diseñar y construir un respirador artificial. Los que hay en el país son importados.

Con varias empresas apoyando económicamente y aportando cada uno en su respectiva especialidad, toda la parte electrónica y las piezas físicas de los equipos están listas, por lo que prevén que el ensamblaje final concluya en dos semanas.

“Nadie esperaba que en Ecuador se pudieran elaborar ventiladores de este tipo. Nos hemos juntado muchas voluntades que lo hicieron posible”, resalta Vicente Adum, quien facilitó un área en su empresa Metalco para este proyecto. 

El lugar está lleno de cajas metálicas, piezas electrónicas que se van a montar, cables y  fuentes de poder, piezas de tubería, muchas de ellas fabricadas en resina con técnicas de impresión 3D. Algunas piezas fueron cortadas con sistema láser para garantizar exactitud.

Adum, Édgar Landívar, Walter Gamarra, entre otros, son parte de este proyecto denominado 'OpenVenti', que busca salvar vidas, sobre todo las de los pacientes más vulnerables que no puedan tener acceso a un respirador tradicional.

El nombre hace alusión al sistema de código abierto de este proyecto. Esto permite que todos los componentes y la forma de elaborarlos, puedan ser replicados. Sus creadores estiman que cada equipo tiene un costo de producción de entre 700 y 1.000 dólares

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Los respiradores artificiales llevan una tarjeta electrónica original, también diseñada por el grupo, para facilitar la operación digital del equipo.JIMMY NEGRETE

Eso incluye un sistema de wify para que la persona encargada de operar el ventilador pueda monitorear su funcionamiento y la situación del paciente desde un dispositivo móvil, sin necesidad de permanecer todo el tiempo junto a él. Esto será posible gracias a una tarjeta electrónica también creada por el grupo, con el apoyo de la empresa Yubox.

"Estos aparatos no pueden funcionar de forma autónoma. Se requiere que un profesional de la salud intensivista lo pueda operar, no es algo que se le pueda entregar en su casa para que se lo use", aclara Adum.

Debido a que es la primera vez que se fabrican respiradores artificiales en el país, los impulsores del proyecto se hallaron con un retraso imprevisto: Las entidades gubernamentales vinculadas con el tema no se ponían de acuerdo sobre quién debía evaluar el producto y otorgarles la certificación.

Al final el trámite será que cada hospital recibirá la donación aceptando que ha verificado que el equipo cumple con sus requerimientos médicos

Landívar agradece el apoyo de las entidades que han aportado para concretar este objetivo. El nombre de ellas consta en el área asignada para desarrollarlo. Por ahora, esperan cumplir el propósito inicial, antes de pensar en una ampliación. “La idea es que de aquí salgan 200 unidades, que es nuestro compromiso. Luego de eso veremos el futuro del proyecto”, dice.

Nadie esperaba que en Ecuador se pudieran elaborar ventiladores de este tipo. Nos hemos juntado muchas voluntades que lo hicieron posible.

Vicente Adum, integrante del grupo impulsor