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William Araujo fue el crack silencioso de Liga de Quito

Su tarea en la medular fue clave para que el albo alcance los cuatro títulos internacionales. Él marcó a Cristiano Ronaldo en el Mundial de Clubes

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William Araujo muestra los ejercicios a los integrantes de su escuela de fútbol.GUSTAVO GUAMAN

William Araujo es parte de la historia dorada de Liga Deportiva Universitaria de Quito. Él estuvo en la Copa Libertadores de 2008, la Copa Sudamericana de 2009 y las dos Recopa Sudamericana de 2009 y 2010.

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Y en todas esas competencias cumplió un papel silencioso, pero vital: la contención en la mitad de la cancha.

Araujo nunca fue el centro de atención. Los flashes de las cámaras apuntaron a otros jugadores en aquellos momentos de gloria, pero su trabajo fue tan bueno que anuló a los mejores del mundo. Inclusive, él tuvo la tarea de cerrar a Cristiano Ronaldo en la final del Mundial de Clubes de 2008.

Ese partido, que muchos solamente pueden soñarlo, él lo vivió. Y hasta ahora lo recuerda con alegría. “Esa final contra el Manchester United fue única. Estaba en el callejón para entrar a la cancha y nos juntamos con ellos. Lo primero que pensé fue que eran altos. Igual, nos repetíamos que sí podíamos”, recuerda sonriendo.

Estar allí, junto a cracks como Wayne Rooney, Rio Ferdinand, Michael Carrick, Carlos Tévez y el mismo Ronaldo fue para William Araujo un premio a todo lo que había luchado desde pequeño para abrirse un lugar en el fútbol.

“Antes veíamos a esos rivales solo por la televisión o los enfrentábamos en el PlayStation (risas) y por eso, cuando los tuvimos al frente, supimos que habíamos conseguido algo maravilloso”.

Pero, como lo recuerda, la admiración por ellos quedó en el filo de la cancha. Adentro, los trató igual que a cualquiera. 

Claro que le di una patada a Cristiano Ronaldo. Sí le dimos duro. Él reclamaba al árbitro en inglés y ahí mismo yo le decía sus cosas en español. Nos insultábamos en todos los idiomas. Me imagino que el árbitro no entendía porque no decía nada y eso que Pepe Pancho (José Francisco Cevallos) sí les decía un par de cosas.

William Araujo

Y ese duelo tuvo una revancha: la Copa de La Paz de 2009. Los albos enfrentaron al Real Madrid, que había contratado a Cristiano Ronaldo. Allí, Araujo le cometió una falta penal al portugués que sirvió para abrir el marcador.

Todas esas experiencias hicieron que Araujo se resista a dejar la práctica del fútbol profesional. Apenas lo hizo en diciembre pasado, a sus 42 años, después de alcanzar la tercera estrella con Unibolívar de Guaranda. Ahora es asistente técnico de Hamilton Calderón en ese equipo, que juega en la segunda categoría.

“Cuando te acostumbras a ganar todo quieres seguir. Gracias a Dios en segunda categoría también quedé campeón tres veces. Por eso me costó dejar el fútbol. Es doloroso. Es difícil. Ahora, como asistente técnico, cuando estoy entrenando a veces quiero entrar a la cancha. Es difícil dejar de hacer lo que te gusta”, reconoce.

Como asistente está dando los primeros pasos, pero ya tiene una experiencia previa dirigiendo. Él tiene una escuela de fútbol que funciona al norte de Quito. Están cerca de 40 niños, con quienes trabaja en las tardes. Con ellos ya tiene algunos trofeos de campeonatos infanto-juveniles. “El proyecto de la escuela de fútbol es especial. No busco lucrar, busco formar campeones para el fútbol ecuatoriano”.

Y él los educa con el ejemplo. En cada entrenamiento se pone al frente, les muestra cómo deben efectuar los ejercicios y si es necesario se detiene y lo repite hasta que todo salga.

En esa escuela trabaja con sus hijos, quienes al inicio intentaron jugar fútbol profesional, pero ahora están desarrollando sus cualidades como entrenadores.

Araujo también usa sus éxitos en la cancha para transmitir hambre de gloria en los muchachos. Varios todavía no nacían cuando Liga de Quito llegó a lo más alto y por eso recurre también a las anécdotas.

“Siempre les digo que pueden hacer todo cuanto pueden soñar y que no se vayan a la tumba llevando los sueños no cumplidos. Que luchen por ellos, que tienen una vida para conseguirlos y que se vayan de aquí dejando huella”.

Araujo, el crack silencioso de Liga de Quito, seguirá pegado al fútbol. Tiene tanto que agradecer, pero sobre todo, por transmitir.

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William Araujo conserva la réplica de la Libertadores en una esquina de su casa. Allí también tiene cuadros de su época como albo.CORTESÍA

VÍCTIMA DEL OLVIDO

William Araujo cuenta que cuando se consagraron campeones de América les aseguraron que el estadio Rodrigo Paz Delgado siempre estaría abierto para que vean los juegos. Entrada de por vida. Sin embargo, no se cumplió. 

Quise ver un partido y en la puerta me preguntaron que quién era yo para pretender entrar al estadio. Les dije que solo era un hincha, pero algunos aficionados me reconocieron y empezaron a discutir con los de la puerta. Les gritaron que yo había ganado cuatro copas para ellos, pero ni así. En fin, me quedo con el recuerdo de la gente porque en Liga de Quito no hubo más.

William Araujo

ENFOCADOS, LA CLAVE

“Ese equipo que ganó todo era fuerte en lo mental. Nos matábamos el uno por el otro, pero en la cancha. Afuera había cordialidad, respeto, pero no esa complicidad”. Así recuerda Araujo al plantel liderado por Edgardo Bauza. Ahora, mantiene contacto con algunos campeones como Franklin Salas, Paúl Ambrossi y Diego Calderón. Con el último inclusive fue compañero en Unibolívar. También se los encuentra en los torneos de fútbol 7, donde son rivales. “Cuando nos enfrentamos son partidos especiales. Siempre habrá esa lucha por ser los mejores tanto como jugadores, como entrenadores”

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