Richard Carapaz lo resumió en una frase: “¡Vaya día! Pero el que no persiste, no alcanza”, publicó en sus cuentas de redes sociales, después de la etapa de este jueves 25 de agosto en la Vuelta a España.

Con eso ratificó lo que se miró durante una sexta jornada que tuvo lluvia, neblina, cuestas complicadas y que terminó con su resistencia a seis kilómetros del final. Hasta entonces, Carapaz estuvo de lleno en la pelea con los favoritos, sin embargo, pagó el precio al desgaste y no tuvo más remedio que aceptar la pérdida de tiempo y su desplome en la clasificación general, cayendo al puesto 19.

Esta vez, las cámaras se llevaron otros nombres. El australiano Jay Vine (Alpecin Deceuninck) fue el encargado de estrenar en solitario la inédita cima de Pico Jano (Cantabria). En esa subida, el belga Remco Evenepoel (Quick Step) desbarató las apuestas y se convirtió en el nuevo maillot rojo.

Revolución juvenil en el primer examen de montaña y final en alto de la Vuelta. Mientras el “aussie” Jay Vine firmaba una hazaña en solitario como ganador de la sexta etapa, entre Bilbao y el Pico Jano, de 181 km, Evenepoel reventó el grupo de favoritos con un ritmo que solo el renacido Enric Mas pudo igualar.

Vine cruzó la línea entre la niebla y la lluvia con un tiempo de 4h.38.00, a una media de 39,1 km/hora, su primera victoria profesional, seguido a 15 segundos por Evenepoel con Mas a rueda. Más alejado llegó Juan Ayuso, el benjamín de la Vuelta con 19 años, a 55 segundos y saltando al quinto puesto de la general. Un respiro y golpe de ilusión para el ciclismo español, ahora en la pelea por el podio.

El hachazo de Evenepoel descartó a muchos favoritos. Roglic entró en un grupo a 1.28 del belga, junto a Carlos Rodríguez y Simon Yates. El destrozo del ciclista de 22 años endosó 1.41 a Superman López, 2.43 a Valverde, 2.50 al ecuatoriano Richard Carapaz, el gran derrotado, y más de seis a Landa, a quien posiblemente no salve ya ni el landismo.

Golpe en la general. Diferencias no definitivas en algunos casos, pero en otros sí. Evenepoel, exfutbolista, a quien no le gusta que lo denominen “heredero de Eddy Merckx”, se puso la camiseta roja en su primera Vuelta.