“Cada medalla tiene una historia”, expresó con nostalgia Katiuska Gómez, al mostrar sobre una mesa más de un centenar de medallas que la deportista ganó en su trayectoria en levantamiento de potencias. A un costado de la sala de su casa en una estantería están decenas de trofeos que también se hizo acreedora en su trayectoria.

Katiuska Gómez fue seleccionada del país por alrededor de una década, pero su más brillante participación la hizo en septiembre del 2004 cuando se hizo acreedora del sudamericano de pesas, torneo en el que consiguió cuatro medallas.

“Vencí en todos los estilos: sentadilla, peso muerto sumo, press de banca y en el puntaje general”, recordó. Luego vinieron triunfos en Venezuela, Brasil y Argentina, además de los torneos nacionales en que Gómez Pinargote alcanzó la gloria.

La deportista nacida en Guayaquil y ahora radicada en Muey (Salinas) empezó sus participaciones a los 18 años como seleccionada universitaria, luego pasó a ser deportista de élite y en cada competición consiguió estar en el pódium. Sus logros fueron de 52, 56 y 60 kilogramos.

En principio no pensó que levantar pesas le llevaría a la gloria, comentó que en principio lo hizo por la curiosidad al ver en gimnasios los entrenamientos para conseguir musculatura en el cuerpo, fueron los entrenadores guayaquileños Alfredo Anzules y Eduardo Sánchez quienes la motivaron para que practique el levantamiento de potencia. En la Península su tutor fue Víctor Plúa.

La deportista considera que para este deporte donde se pone a prueba la fuerza es muy importante la alimentación sana basada en proteínas y los rigurosos entrenamientos, esto debe cumplirse con mucha disciplina pues de ello dependen los triunfos, “hay que tener mucha dedicación en el deporte de potencia, no es fácil, pero tampoco imposible de alcanzar medallas”, comentó.

Entre las tantas anécdotas que le tocó vivir en su trayectoria siempre recuerda cuando en un campeonato nacional que se cumplió en Cuenca, la barra de la pesa se le vino encima y le cayó en la garganta, todos los asistentes al torneo se asustaron, felizmente no le pasó nada.

Katiuska es licenciada en Educación Física y se retiró de las competiciones oficiales hace una década, ahora se dedica a la docencia en la que motiva a sus estudiantes a la práctica de todo tipo de deportes, aunque confiesa que en sus clases siempre les habla de su recorrido en el levantamiento de pesas.

“Por la pandemia en ocasiones me toca acudir a los domicilios de mis estudiantes para verlos entrenar y que no pierdan el ritmo, les inculco siempre que la actividad deportiva es lo mejor que debe tener una persona”, señaló.