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Carlos Góngora campeón mundial boxeo
Carlos Góngora rodeado de los niños de la escuela de boxeo del GAD de Tena.Cortesía

Góngora, trabajo y otro título mundial

La vida del campeón mundial de boxeo es de esfuerzo, entrena 3 veces al día desde las 04:00, es ejemplo para su comunidad y fue panadero a escondidas de niño

Para las redes sociales no hay nada oculto. El 2 de enero pasado, varias personas publicaron el trabajo silencioso y altruista del reciente campeón mundial de boxeo profesional Carlos Góngora, quien entregaba fundas de ayuda a la comunidad de El Chaco, parroquia Linares, de la provincia del Napo.

El post era de terceros, no de ‘Carlitos Way’, como se hace llamar el ecuatoriano de 31 años de edad, quien el 18 de diciembre pasado se convirtió en el primer ecuatoriano en la historia en ceñirse un cinturón de ese nivel en la categoría supermediano de la Organización Internacional de Boxeo (OIB, por sus siglas en ingles). Incluso, quienes subieron las fotos le pedían disculpas, ya que el mismo boxeador quería pasar desapercibido.

“Lo pensé 2 veces para compartir estas fotos, pero hay cosas como estas que no pueden pasarse por alto”, escribió Valeria Chiliquinga, quien además adjuntaba un refrán del deportista: “Me gusta compartir, no porque tengo mucho... sino porque sé lo que no es tener nada”.

Y es que el nexo que Góngora tiene con la comunidad que lo vio crecer es fuerte y no paró ni por el título de campeón mundial.

  • Carlos Góngora campeón mundial boxeo
    Altruismo. Góngora repartió donaciones a los pobladores de El Chaco, en Napo.Cortesía
  • Carlos Góngora campeón mundial boxeo
    Homenaje. En un agasajo, el púgil entregó sus guantes a su formador Cirilo López.Cortesía

Luego del cetro, y tras varios reconocimientos a su llegada al país, especialmente en el Napo, Góngora siguió trabajando. En una entrevista con EFE reveló que su rutina se basa en tres arduos entrenamientos diarios: a las 04:00, 10:00 y 16:00, cada uno de tres horas, pero aumentan a medida que se acercan las competiciones.

“A mí me toca hacer mucho más que a mis compañeros (amateur) porque ahora estoy en el boxeo profesional (disputan 12 rounds), entonces mi entrenamiento dura tres horas. Tengo que correr, golpear el aparato, hacer sombra y fuerza, durante el entrenamiento de la mañana, ya posterior viene el entrenamiento de la tarde”, precisó el boxeador.

Sobre la alimentación, destaca que aunque los entrenadores siempre se preocupan de que los atletas tengan el peso y condiciones ideales, aclaró que él es “muy disciplinado”, pues siempre es el primero en llegar a los entrenamientos y maneja personalmente su alimentación.

Octavo de diez hermanos, Góngora recordó que salió desde muy pequeño a Quito, en busca de una mejor educación y prosperidad. Fue así que vivió desde los 6 junto a sus padrinos y se desempeñó en diferentes labores para poder subsistir.

Entre risas dijo que incluso fue panadero a escondidas de sus padrinos por un breve periodo, pues no aceptaban la idea de que trabaje.

El tricolor confiesa que a su mamá nunca le ha gustado que él se dedique al boxeo, de ahí que prefiere que ella no vea las peleas, aunque sí estuvo al tanto de la última pues “con el corazón en la mano quería ver a su hijo pelear” por el título mundial.

El receso por las fiestas de Navidad y Fin de Año está por terminar. Carlitos Way ya anunció que sueña con mantener la defensa de su cinturón e incluso optar por otro cinturón mundial, además de seguir entrenando para los Juegos Olímpicos de Tokio. El Preolímpico está “a la vuelta de la esquina”; será en Argentina, en abril y Góngora es uno de los favoritos al cupo.