El Clásico del Astillero se ha caracterizado por reunir a zagueros de mucha personalidad y carácter, desde la Cortina de Hierro que brilló en Barcelona con Vicente Lecaro, Luciano Macías, Alfonso Quijano y Miguel Cortijo, hasta otros grandes nombres que pasaron por el Bombillo como Augusto Poroso, Iván Hurtado y un sinfín de guerreros más.

En esta edición 231, esta línea no pasa desapercibida, de hecho, tanto Emelec como Barcelona son de los clubes con mejores registros defensivos en la temporada, ya que apenas han recibido 23 conquistas en contra. Solo superados por el Deportivo Cuenca, que ha encajado 22 anotaciones en toda la campaña 2022 del torneo local.

Todos estos ocho defensores saben qué es jugar un Clásico del Astillero. Curiosamente, Luca Sosa, quien defendió el año anterior los colores de Emelec, ya jugó el primero de la temporada en el Monumental y definitivamente tendrá un recibimiento especial en el duelo del domingo en el Capwell, la que fuera su casa.

En Emelec, luego de varios tormentos durante la temporada, se ha consolidado la pareja de centrales: Aníbal Leguizamón y Marlon Mejía, este último estaba considerado ser el tercer o cuarto zaguero en los planes del DT español, Ismael Rescalvo.

“Al fin se logró acomodar esa defensa. No dio pie con bola Canto, tampoco le fue bien a Guevara, para mí hoy es más segura que la de Barcelona porque los laterales están en buen momento”, dijo Wilson Carabalí, exdefensa azul.

En Barcelona, la principal duda pasa por los laterales. Leonel Quiñónez no ha tenido un buen año y Pedro Pablo Velasco está lejos de ese gran rendimiento de temporadas atrás.

“Creo que hay solvencia entre los centrales de Barcelona, Sosa y Rodríguez, están firmes, pero las dudas pasan por los laterales. Hace rato no dan garantías en defensa y no aportan en ataque, es el punto más flaco en esa línea”, explicó Janio Pinto.