Por edad, proyección de competencias y sus respectivas marcas, la actual generación de la marcha ecuatoriana apunta a los máximos trofeos internacionales y hasta invita a soñar con medallas olímpicas. Las tres preseas doradas ganadas en el Mundial de Omán son un ejemplo.

Pero será vital aumentar el apoyo para estos deportistas y seguir trabajando en los procesos formativos. En eso coinciden los exmarchistas olímpicos Míriam Ramon, Rolando Saquipay y Xavier Moreno.

Para ellos, los últimos resultados demuestran que hay deportistas talentosos y que están bien rodeados por entrenadores capaces, estrategas inteligentes y equipos multidisciplinarios aptos. Pero entienden que económicamente se debe mejorar, porque el aporte gubernamental tiene un techo.

Entonces, agregan, la empresa privada jugaría un papel vital en el siguiente paso de los deportistas.

“La empresa privada puede dar ese plus de apoyo individual para la preparación porque, si bien hay un gran trabajo, siempre es posible mejorar en todos los sentidos. El éxito sería apuntar a la medalla olímpica”, dijo Saquipay, quien ha competido en tres ediciones de las Olimpiadas.

Moreno también siente que es el momento de la empresa privada. “Desde nuestra época se dijo que hay futuro. Entonces hubo motivación en la gente, la empresa privada se acercó y se hizo una microsociedad por la cual se desarrolló la caminata. Fue algo similar a lo que está consiguiendo el ciclismo en estos momentos”, opinó Moreno, quien también estuvo en tres citas olímpicas.

No obstante, él cree que hay que corregir errores del pasado. “Debería ser una cuestión de manejo técnico de marketing, pero no solo para que las empresas exploten la imagen del deportista sin dejarle un gran beneficio. Antes la empresa privada era la única que ganaba en el balance final. Hay que buscar el equilibrio, que la ganancia sea para las dos partes”, sentenció Moreno.

Ramon, quien estuvo en Barcelona 92, sostiene que ahora se está cosechando lo trabajado desde hace varios años. “Existen diferentes polos de desarrollo: Azuay, Loja, Pichincha e Imbabura. Si bien tuvimos una para en el deporte por la COVID-19, las escuelas otra vez están reiniciando y apuntamos a que se siga masificando la marcha atlética. Debemos poner énfasis en la formación, es súper difícil trabajar en ello y hay que concientizar a los padres, porque en muchos casos ponen a los estudios como un pretexto para no entrenar, cuando en realidad es posible enfocarse en las dos actividades” indicó.

Para ella, la generación actual está en buen camino y es gracias a que cumplieron ese proceso formativo. “Es un proceso de más de 15 años y necesita de una fuerte inversión. Hay mucho material humano para buscar el éxito para distintas generaciones”, concluyó.