El entrenador venezolano César Farías se ha convertido en uno de los grandes del fútbol ecuatoriano. Primero por su gran cartel y segundo por escribir una página histórica en Papá Aucas, que ganó 0-1 en el estadio Monumental y está a 90 minutos de consolidar su primer título nacional.

El postpartido ante Barcelona dejó un emotivo momento en el que Farías rompió en llanto al recordar a su familia, su niñez, pero no escondió sus ganas de alzar el trofeo de campeón junto a los orientales.

“Son 180 minutos′ muy duros. Barcelona tiene una gran hinchada, un gran estadio, un gran equipo y un gran entrenador, pero nosotros estábamos bien. Creo que es meritorio lo que venimos haciendo”, empezó explicando.

“Ahora con nuestra gente tenemos que jugar 90 minutos intensos, con los pies sobre la tierra, tener una semana correcta como lo hemos tenido durante todo el año”.

“Sé que en Venezuela están viendo, nací en un pueblo pequeñito, y muy temprano perdí a mi hermanita y mis padres me enseñaron a luchar. Elegí esta profesión y he tenido el apoyo de ellos, de mi familia y amigos y a ellos también se los dedico. La próxima semana Dios mediante voy a conocer a mi nieto y espero que pueda decirle que salí campeón el año en que nació”, dijo entre lágrimas.

Por último reconoció que de “celebraciones nada. La semana que viene si Dios quiere y podamos terminar de conquistar esto. Ahora tenemos que hacer sentir con fútbol nuestra localía, con mucho respeto y con mucho enfoque. El fútbol recompensa a quienes van haciendo las pequeñas tareas”.