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El cambio fue individual

Los jugadores de la sub-20 dieron en salto en sus carreras, mientras la Ecuafútbol recién monta la estructura para aprovechar esta generación

Sub-23
La selección sub-23 vive una pesadilla en el Preolímpico de Colombia. Perdió sus dos presetaciones.Archivo

Después de conseguir la medalla de bronce en el Mundial Sub-20 de Polonia, el año anterior, Jorge Célico advirtió que el trabajo debía mantenerse en esa línea, para que este grupo tome la posta de la selección absoluta.

“Si unos chicos que quedaron terceros en el mundo no están en condiciones de liderar un cambio generacional, no sé quiénes podrían hacerlo”, dijo entonces el estratega argentino, pidiendo espacio para seguir con la recta final del proceso formativo a escala de selecciones nacionales.

En el papel estaban microciclos y amistosos internacionales como parte de ese impulso. Pero, en la realidad no se concretó de inmediato y se generó un desfase.

La renuncia de Hernán Darío Gómez obligó a Célico a tomar por encargo a la selección mayor. Eso provocó que se suelte la estructura de trabajo que se estaba montando con el grupo de la sub-20, y que tampoco exista una planificación real para la sub-23. Simplemente no hubo tiempo.

Célico trató de combinar el trabajo de la mayor (partidos amistosos) y la previa del Preolímpico convocando a chicos sub-23. Pero, ese proyecto también se quedó a medias.

Por eso, hasta el momento, el Mundial de Polonia significó un cambio individual para las carreras deportivas de los futbolistas, pero no un impulso estructural para lo que se proyecta a futuro: que este grupo sea el encargado de llevar a Ecuador a pelear con la élite del mundo, tal como lo hicieron entre los chicos de 20 años.

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El destino de los sub-20.Adrián Peñaherrera

Francisco Egas lo compensó tras la presentación de Jordi Cruyff como seleccionador nacional. Allí lanzó el plan de trabajo para los siguientes tres períodos mundialistas, incluyendo a las formativas.

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En el papel, en ese plan se establece la ruta para que estos jugadores asuman el cambio generacional, quemando cada etapa del proceso.

Pero, como lo reconoció el exseleccionador nacional, Sixto Vizuete, se perdió demasiado tiempo y se abrió una brecha entre la sub-20 y la sub-23, cuya consecuencia es lo que está sucediendo en el Preolímpico de Colombia. “Para potenciar a la sub-20 deben rodearla con elementos de experiencia, en este caso con chicos de 23 años. El cambio generacional no se da de la noche a la mañana y por eso estos muchachos no deben asumir responsabilidades para las que no están listos todavía”, agregó Vizuete.

Polo Carrera considera que este equipo puede ser la base del recambio generacional, pero deben ir paso a paso, ya que por el momento tienen que seguir acumulando experiencia.

Por ahora, el legado de la sub-20 es que seis jugadores vivieron transferencias internacionales, nueve fueron ascendidos al primer plantel de sus respectivos clubes, tres cambiaron de camiseta en el país y los restantes siguen igual que antes del viaje a Polonia.

La Ecuafútbol asegura que ya tiene un plan, pero mientras toma vuelo, estos muchachos tendrán que seguir apostando por la individualidad, hasta tener la estructura plena.